Sr. Presidente:
Los avances en la implementación de la Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, instrumento con el que Cuba permanece plenamente comprometida, se ven frustrados en un contexto internacional en el que persisten el uso y la amenaza del uso de la fuerza, proliferan las guerras no convencionales y la imposición de medidas coercitivas unilaterales, se promueven discursos de odio, se politiza la cuestión de los derechos humanos contra países en desarrollo y se interviene en los asuntos internos de países soberanos o se les agrede con el propósito de satisfacer espurios intereses de dominación imperial.
No es posible avanzar hacia una cultura de paz cuando se aprovecha la pandemia de la Covid-19 para promover ideas supremacistas, racistas y xenófobas o se promueven el egoísmo y la filosofía de “sálvese quien pueda”, que caracteriza al desigual e injusto mundo en que vivimos y que se expresa, entre otros, en el limitado e insuficiente acceso de los países del Sur a las vacunas contra la COVID-19.
Sr. Presidente:
En abierto irrespeto a la Carta de las Naciones Unidas, a la Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz y a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, el gobierno de los Estados Unidos lanzó una intensa campaña internacional contra Cuba, que incluye acciones de agresión en el plano comunicacional y digital. Dedica sumas millonarias a promover la subversión del orden constitucional libremente escogido por nuestro pueblo y a fomentar la inestabilidad, el odio y la violencia, todo ello en condiciones de pandemia y de arreciadas dificultades económicas a causa del bloqueo que ese mismo gobierno nos ha impuesto por más de seis décadas, y ha recrudecido de manera oportunista en los últimos años. Estas acciones contravienen cualquier noción de una cultura de paz.
Señor Presidente:
Avanzar hacia una cultura de paz requiere respetar la diversidad de sistemas políticos, sociales, culturales y religiosos, el cumplimiento estricto de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional y el establecimiento de un orden mundial más justo, democrático y equitativo.
Como expresara el líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, reafirmamos hoy la firme aspiración de Cuba a “una paz con respeto, una paz con derechos, una paz con independencia y una paz con seguridad para todos los pueblos del mundo, ¡esa es la paz por la que todos debemos luchar!
Muchas gracias.