Señora Presidenta:
El genocidio es una de las más abominables expresiones del odio, la deshumanización y el desprecio absoluto por la vida. Hoy rendimos homenaje, con profundo respeto, a todas las víctimas del genocidio, sin distinción de origen, creencia, cultura o nacionalidad.
Recordar y homenajear no es un acto simbólico, es un deber moral, mediante el cual contribuiremos a concienciar sobre las devastadoras consecuencias del genocidio.
Cuba mantiene su invariable compromiso con la prevención del genocidio y con los esfuerzos de las Naciones Unidas en este sentido. Apoyamos al Asesor Especial del Secretario General sobre la Prevención del Genocidio en el desempeño de sus funciones.
Nos adherimos plenamente a la Convención de 1948, de la cual somos Estado Parte desde hace 72 años, y reconocemos su papel en la prevención de este delito.
Señora Presidenta:
Esta conmemoración tiene lugar en un contexto mundial desafiante. El genocidio no es un hecho del pasado. Con alarma atestiguamos que el exterminio, los crímenes de lesa humanidad y el genocidio siguen entronizados en nuestra realidad cotidiana.
Cuba condena enérgicamente el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino. Las cifras estremecen, pero no son capaces por sí solas de describir el horror cotidiano que enfrenta ese pueblo: decenas de miles de civiles asesinados, en su mayoría mujeres, niños y adultos mayores; hospitales e infraestructura civil bombardeados; ayuda humanitaria bloqueada; un pueblo entero sometido al hambre, al desplazamiento forzado y al castigo colectivo.
Las prácticas colonizadoras de la Potencia Ocupante en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, han contado con el consentimiento y la impunidad garantizada por el gobierno de Estados Unidos con su veto en el Consejo de Seguridad. Su apoyo militar y financiero a Israel lo hacen también cómplice de este crimen.
Nada justifica estos delitos. La ocupación, el apartheid, el castigo colectivo y el exterminio son crímenes de lesa humanidad. Guardar silencio ante ellos equivale a ser cómplices. Jamás estaremos entre los indiferentes de esta barbarie ejecutada en pleno siglo XXI.
Resulta imperioso impulsar acciones concretas que vayan más allá del llamado a la reconstrucción de Gaza. Todos nuestros esfuerzos deben orientarse a favor de la libertad e independencia del Estado de Palestina, y al fin de la ocupación sionista israelí, incluyendo sus prácticas de genocidio, exterminio y limpieza étnica.
Señora Presidenta:
El genocidio no solo se perpetra con bombas. También se tipifica mediante el cerco económico, la asfixia financiera, la privación sistemática de recursos vitales, y la negación deliberada del derecho al desarrollo a los pueblos.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba por más de seis décadas es una política de castigo colectivo y califica como un acto de genocidio. Viola de manera flagrante, masiva y sistemática los derechos humanos de los cubanos. No distingue entre sectores sociales o actores económicos.
Es una política de guerra económica diseñada para provocar carencias, desabastecimiento, sufrimiento y desesperación en todo nuestro pueblo. Impide a nuestro Gobierno adquirir medicamentos, equipos e insumos médicos, alimentos, combustibles y tecnologías. Tiene una incidencia negativa marcada en todas las esferas de la sociedad.
Señora Presidenta:
La prevención del genocidio precisa voluntad política real, coherencia y unidad de acción. Requiere desmantelar las estructuras de dominación, ocupación, colonialismo, subdesarrollo, racismo, apartheid y explotación.
Cuba seguirá levantando su voz por Palestina, denunciando el bloqueo genocida impuesto por Estados Unidos y defendiendo la dignidad humana sin sometimientos ni concesiones.
Lo haremos convencidos de que callar ante el genocidio es traicionar a la humanidad y de que Cuba nunca estará entre los indiferentes ante este grave delito.
Muchas gracias.
