Intervención del Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, Embajador Ernesto Soberón Guzmán, en el Debate General de la Segunda Comisión.

Señor Presidente,

Cuba se suma a las intervenciones realizadas por Iraq en nombre del Grupo de los 77 más China y por Palau en nombre de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.

Aprovechamos la oportunidad para felicitarlo a usted y a los demás miembros de la Mesa por su elección. Confiamos en su guía para llevar a buen término nuestros trabajos. Puede contar con el pleno apoyo de mi delegación.

Cuba participará en las labores de la Segunda Comisión con un espíritu constructivo y guiada por el propósito de contribuir desde el multilateralismo y la cooperación a eliminar los obstáculos y desafíos que enfrentamos los países del Sur Global.

Señor Presidente,

En los últimos años se han atrincherado aún más las posiciones contrarias al verdadero desarrollo del Sur.

Presenciamos un contexto mundial sumamente complejo, marcado por guerras y amenazas de guerra, donde el Derecho Internacional y el multilateralismo están amenazados, se cuestiona la utilidad de las Naciones Unidas y se reniegan los Objetivos de Desarrollo Sostenible por el propio país sede de esta Organización. Prevalece un orden internacional profundamente injusto, antidemocrático y excluyente que privilegia a los ricos, y donde se nos anuncia, sin reparos, que la Ayuda Oficial al Desarrollo continuará disminuyendo para financiar la industria armamentista.

Ante este ciclo de crisis estructurales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible parecen cada vez más una quimera.

En este contexto, ¿Cómo entender que se rescatan bancos en horas, pero que los mínimos compromisos que asumimos al aprobar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible no se cumplirán por falta de financiamiento?

¿Cómo comprender que se eliminen los recursos indispensables para la supervivencia del pueblo de Palestina, víctima de un genocidio?

Es inadmisible que Israel continúe utilizando el hambre, la entrega de alimentos y la ayuda humanitaria como armas de guerra.

Cuba reafirma su compromiso y apoyo a la causa palestina, y reitera su firme condena al genocidio que perpetra Israel en Gaza, con sostenido apoyo político, militar, logístico y financiero de Estados Unidos.

Señor Presidente,

El noble objetivo de las Naciones Unidas de acabar con las guerras sigue hoy vigente, pero no es posible pensar en paz o disfrute de los derechos humanos, sin garantizar primero el derecho al desarrollo, negado, por décadas, a gran parte de la humanidad.

Por décimo año consecutivo, se ha incrementado el gasto militar mundial, que en 2024 alcanzó la cifra récord de 2,7 billones de dólares.

Al ritmo actual, en 2030, aún habrá 590 millones de personas en situación de extrema pobreza.

Los costos del servicio de la deuda han alcanzado los 1,4 billones de dólares, lo que continúa recayendo en las economías de los países más pobres.

Esta carga, sumada a un déficit de inversión anual en los ODS de 4 billones de dólares, reduce las asignaciones presupuestarias que los países destinan a los servicios sociales y frena el avance hacia el cumplimiento de estos Objetivos.  

En este contexto, el Compromiso de Sevilla ha puesto nuevamente en el centro de nuestros debates la urgencia de movilizar y proveer recursos nuevos, adicionales y predecibles que logren impulsar y retomar el camino hacia los ODS, pero los progresos siguen siendo discretos.

Son tímidos los pasos dados para el establecimiento de un mecanismo multilateral para la negociación de la deuda soberana.

Tampoco se avanza, como requerido, en una reforma de las instituciones financieras internacionales.  Es hora de que se entienda que los países en desarrollo no buscamos dádivas, demandamos un trato justo e inclusivo.

El cambio climático amenaza la supervivencia de nuestra especie y del planeta. Debemos salvaguardar, implementar y cumplir los objetivos y principios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, su Acuerdo de París y su Protocolo de Kyoto. Los países desarrollados deben asumir un liderazgo en la reducción de emisiones y en la provisión de los medios de implementación necesarios para los países en desarrollo.

Las responsabilidades son comunes, pero diferenciadas, no son las mismas para todos y no habría justicia si así lo fuera. La solución a la crisis climática, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y la desertificación no está en impedir o condicionar el desarrollo a los países que más lo necesitan.

Señor Presidente,

La comunidad internacional ha rechazado en innumerables ocasiones la imposición de medidas coercitivas unilaterales, incompatibles con el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Durante más de 60 años el pueblo cubano ha resistido el impacto de la aplicación de estas medidas, como consecuencia del ilegal e injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos.

Necesitamos un mundo más solidario, con mayor cooperación internacional y donde no se interfiera en los asuntos internos de otros países, donde se respete la soberanía, la independencia, la autodeterminación de los pueblos y la Carta de las Naciones Unidas. Un mundo donde no proliferen mecanismos de coerción como la lista ilegítima y arbitraria que elabora el gobierno de los EE.UU. sobre supuestos Estados patrocinadores del terrorismo o la desvergonzada e injustificada campaña de descrédito que hoy ejecuta contra la cooperación médica cubana. Cuba jamás claudicará en su compromiso con las causas justas del mundo y la disposición de llevar nuestra ayuda solidaria allí donde más se necesite.

A pesar de esos obstáculos, asumimos con ingenio y creatividad nuestro compromiso con la Agenda 2030 como una responsabilidad hacia el desarrollo sostenible de nuestro país.  

La comunidad internacional no puede seguir postergando la consecución del derecho al desarrollo. La actuación de Cuba continuará guiada por ese objetivo y por la voluntad de trabajar por un mundo más justo, incluyente y equitativo.

Muchas gracias.