Un emotivo mensaje del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en nombre del General de Ejército Raúl Castro Ruz, del Partido Comunista de Cuba y del Gobierno, le dio la bienvenida a la Patria a los 52 integrantes de la primera brigada del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Grandes Epidemias, Henry Reeve, que prestó servicios en la región de Lombardía, Italia.
Con la misión cumplida, arribaron al filo de las siete de la tarde de este lunes a la terminal cinco del aeropuerto internacional José Martí, procedente de Milán, en un vuelo de la aerolínea Blue Panorama.
El mandatario enalteció el quehacer de los profesionales cubanos en el enfrentamiento al nuevo coronavirus en ese país europeo, que antes fuera epicentro de la pandemia en el Viejo Continente. Solo podemos –dijo– tratar de tocarles el corazón hoy con palabras y decirles desde lo más profundo de nuestras emociones: ¡Gracias!
«Solo con el trabajo incansable, bajo condiciones excepcionales, de personas de todos los oficios y ese talento desbordado puede explicarse la razón de que le estemos ganando la pelea a la pandemia en momentos en que otra terrible pandemia, la del bloqueo y la guerra económica, se arrecian sin piedad desde la administración norteamericana más criminal, mientras más desprestigiada», refirió el Presidente mediante un enlace virtual, en el que participaron también el vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa, el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda y el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda.
La brigada, que cumplió su misión en la ciudad de Crema, trajo consigo, como símbolo de la hazaña y del ejercicio mayúsculo de solidaridad, un lienzo que figura la mano hermana de Cuba tocando a Italia.
El doctor Carlos Ricardo Pérez Díaz, jefe del grupo, en nombre sus compañeros, destacó el
extraordinario esfuerzo durante los dos meses de combate a la covid-19, y haber logrado, aplicando las medidas de bioseguridad establecidas, cumplir con el compromiso de regresar todos bien, con el orgullo y la satisfacción del deber cumplido.
Además, comentó que muchas personas expresaron el agradecimiento hacia los médicos de la Isla, y que era común ver ondear banderas cubanas en los balcones y calles.
Así lo constató el joven doctor holguinero Juan Alberto Aguilera Pérez, especialista de Medicina Intensiva, al calificar de muy cariñosos y agradecidos a los pobladores de Crema. La gente –dijo– nos animaba gritando «¡Bravo!» en las calles, a cualquier hora, y en el caso de los pacientes, nunca olvidaban el rostro del médico cubano que los atendió.
«Al llegar sentimos miedo, porque somos seres humanos, pero el deseo de poder ayudar, el sentimiento de humanismo que caracteriza a los médicos cubanos, nos permitió hacer nuestro trabajo y auxiliar a ese pueblo», afirmó.
Por su parte, el enfermero intensivista de la provincia de Sancti Spíritus, Lenin Martínez Calero, con una vasta experiencia en misiones internacionalistas, comentó que, tras Lombardía, queda el sabor a humanidad que ofrece la Medicina cubana al mundo. «Nosotros vamos a otros países, sencillamente, a salvar vidas», concluyó.
De igual forma, el doctor Leonardo Fernández Fernández apuntó que la Lombardía que recibió a la brigada era una región fantasma, con un hospital (el de Crema) colapsado completamente, un pueblo sin vida.
«¿Qué dejamos nosotros? Un pueblo en la calle, sonriendo y agradecido por nuestro esfuerzo y dedicación. Recuerdo que los pacientes y algunas enfermeras italianas nos decían que nunca antes habían visto a los médicos hablar con los enfermos como hacíamos los cubanos, sentarse a su lado, darle ánimo… Nos ganamos el corazón de Italia», señaló.
El clínico intensivista de la provincia de Guantánamo resaltó también la sensación de camaradería entre los profesionales italianos y cubanos, en una combinación funcional de tecnología de avanzada, por una parte, y conocimientos y entrega por la otra.
A la salida de la terminal aérea, residentes de los alrededores se acercaron para saludar a la caravana de ómnibus, que traslado a los brigadistas hacia el centro de aislamiento, donde permanecerán 14 días.
