Del 16 al 19 de abril se celebró en la Habana el 7mo Congreso del Partido Comunista de Cuba, coincidiendo con dos acontecimientos históricos trascendentales para el pueblo cubano: primero el 55 aniversario de la Victoria de Playa Girón - una agresión armada, financiada y organizada por el gobierno de John. F. Kennedy en 1961 para derrocar desde su inicio el proceso genuinamente revolucionario y segundo, la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución Cubana; precisamente a pocas horas de entrar en combate frente a la referida invasión.
El Congreso tiene lugar en momentos de un clima internacional marcado por la crisis mundial y la agudización de las contradicciones geopolíticas globales, mientras en el contexto latinoamericano y caribeño se recrudece la contraofensiva imperialista y de la derecha oligárquica continental contra los procesos revolucionarios, progresistas y democráticos de la región, donde la muerte de Hugo Chávez complicó la situación interna de Venezuela, hasta la pérdida de la mayoría parlamentaria; en Argentina la derecha ganó las elecciones presidenciales; Evo Morales en Bolivia, a pesar de contar con altos índices de popularidad, ha tenido que enfrentar contratiempos, mientras que en Brasil la presidenta Dilma Rouseff enfrenta una maniobra de golpe parlamentario: Toda esta situación conspira contra el consenso integracionista que ha venido desarrollándose en el continente.
Paradójicamente, mientras se agreden los procesos anteriormente mencionados, se mejora el entorno entre Cuba y Estados Unidos con el restablecimiento de relaciones diplomáticas que tuvo un momento importante en la primera visita a La Habana después de 88 años de un presidente norteamericano. Se trata de un proceso largo y difícil para poder llegar a normalizar relaciones, donde Cuba exige el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de medio siglo y que a pesar de las intenciones del presidente Obama, aun está plenamente vigente, así como el justo reclamo de la devolución a la isla del territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos en la base naval de Guantánamo, contra nuestra voluntad por más de un siglo.
Pretendemos mantener relaciones civilizadas con un vecino en condiciones de iguales, sobre la base del respeto a nuestras diferencias ideológicas y políticas y mantener una convivencia pacífica como aporte importante a la paz en la región y el mundo. No es un secreto que importantes sectores estadounidenses mantienen el objetivo de erosionar las bases de la Revolución y derrocar nuestro sistema político, a través del acercamiento y la influencia directa.
Es en este nuevo escenario que el Partido Comunista de Cuba celebró su congreso y su éxito futuro dependerá en gran medida, de la capacidad para reforzar el consenso y establecer políticas acorde con la situación interna e internacional.
Como ustedes conocen, Cuba se encuentra en la etapa histórica de la construcción del socialismo, de acuerdo con nuestras propias características nacionales, culturales e históricas, basadas en el concepto de que el socialismo es una sociedad de igualdad de oportunidades para todos, con justicia social. A partir de estas premisas, el congreso debatió y aprobó la conceptualización teórica del Modelo Económico y Social a que aspiramos los cubanos, donde la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción sea primordial, reconociendo otras formas de propiedad cooperativa, mixta, privada, etc; la política social esté garantizada, con el acceso gratuito a los servicios sociales tales como educación, salud, cultura, deportes, seguridad y asistencia sociales. Para lograr este ideal, la economía cubana tiene que desempeñarse con eficiencia, de forma tal que contribuya al sustento material imprescindible que permita la distribución de la riqueza socialmente justa. El objetivo estratégico del modelo cubano es impulsar y consolidar la construcción de una sociedad socialista prospera y sostenible en lo económico, social y medioambiental, comprometida con el fortalecimiento de valores éticos, culturales y políticos, forjados por la Revolución, en una nación independiente, soberana y solidaria.
El Congreso aprobó la base que sirve de guía para el Plan Nacional de Desarrollo de la isla hasta el año 2030, donde están plasmados los ejes y sectores estratégicos económico-sociales. Se tomaron decisiones estratégicas para el futuro de la isla, plasmados en los documentos programáticos que serán ahora debatidos amplia y democráticamente con nuestro pueblo para su aprobación definitiva. E igualmente se eligió una nueva dirección del Partido Comunista de Cuba, en la cual fue ratificado como primer secretario a Raúl Castro Ruz, actual presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Tambièn se valoró que los próximos cinco años hasta el 2021 serán decisivos para Cuba, pues ese periodo seria de tránsito paulatino y ordenado para ir entregando las principales responsabilidades del país, de forma tal que cuando se llegue al 8vo Congreso del Partido será la nueva generación de cubanos la que lleve las riendas del país.