La iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en Luanda, fue la sede de la celebración de una Santa Misa por el fallecimiento del papa Francisco, que fue presidida por el nuncio apostólico en Angola y Sao Tomé y Príncipe, arzobispo Kryspin Dubiel.
Durante la homilía el clérigo destacó que el papa Francisco sería eternamente recordado como humilde pescador de almas, por su sencillez, amor a los pobres y por ser testigo incansable de fe.
En otro momento de su prédica reconoció el legado de servicio y humildad dejado por el Santo Padre, destacando que su vida fue un espejo vivo de la misericordia y la esperanza cristiana.
“El papa Francisco vivió para anunciar el Evangelio no solo con palabras, sino sobre todo con gestos de proximidad y ternura”, subrayó.
El nuncio apostólico instó a la comunidad a transformar el dolor del luto en alabanza y a que la memoria viva del papa Francisco nos inspire a continuar su obra, construyendo una Iglesia que no tenga miedo de ensuciarse las manos para sanar las heridas del mundo.
A la solemne ceremonia asistieron la vicepresidenta de la República, Sra. Esperança da Costa; el gobernador de Luanda, Sr. Luís Nunes, arzobispos, obispos, miembros del Cuerpo Diplomático y representantes de diversas confesiones religiosas. La Embajada de Cuba estuvo representada por el consejero de Prensa y Cultura, Jorge Trujillo.