Sep
26
2016
Cartagena de Indias, Colombia, 26 sep (PL) Patrimonio de la Humanidad, esta colonial urbe luce hoy más agitada que de costumbre con el ir y venir de periodistas y la llegada de numerosas personalidades para presenciar la anhelada firma de la paz.
¡Llegó la hora cero!, reseñaron noticiarios locales en alusión a la celebración aquí de la ceremonia protocolaria durante la cual el Gobierno y las insurgentes FARC-EP ratificarán ante presidentes, cancilleres y directivos de organismos multilaterales su decisión de terminar el largo conflicto bélico.
El acto que tendrá como sede el Centro de Convenciones comenzará casi al atardecer ante la presencia de 16 gobernantes, incluido el jefe de Estado anfitrión Juan Manuel Santos, de los principales líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), del secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, entre otras figuras del escenario político mundial.
Pero la cita de este lunes más que el feliz término de un espinoso proceso de conversaciones entre representantes gubernamentales y de esa guerrilla representa el inicio de un complejo camino en busca de un horizonte de distensión duradero y de la necesaria reconciliación nacional.
Fue difícil pero logramos el objetivo -acabar la confrontación con esa agrupación rebelde, la principal involucrada en la guerra interna- subrayó la víspera el ocupante de la Casa de Nariño tras admitir que la etapa que comienza presupone un enorme desafío.
El trascendental pacto abre una ruta de esperanza, dijeron algunas de las víctimas de la contienda a su llegada a Cartagena.
¡No viviremos otros 100 años de soledad! Vamos por la paz, comentó la excongresista y defensora de derechos humanos Piedad Córdoba desde su cuenta en twitter.
Este día significa el preludio de una nueva era para la patria, aseguró el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo (mayor convergencia de izquierda), quien es reconocido como uno de los impulsores de las pláticas con la insurgencia.
Considerado un triunfo no sólo de las delegaciones gubernamentales y de las FARC-EP designadas para encontrar una salida concertada al conflicto, sino de muchos otros actores del ámbito nacional y mundial, el consenso encaminado a terminar la confrontación fue divulgado el pasado 24 de agosto en La Habana y respaldado posteriormente en la X Conferencia de esos insurgentes.
La firma de la paz con dicho grupo guerrillero no solucionará todos los problemas del país pero sí permitirá deshacernos de un gran peso, de un ancla que no nos deja avanzar, manifestó Santos en sucesivas alocuciones.
Se trata de un feliz desenlace que tiene entre sus antecedentes las fallidas gestiones pacificadoras emprendidas tres décadas atrás por el entonces mandatario Belisario Betancur.
Pese a los pesimistas pronósticos de los más escépticos y la ofensiva de la derecha colombiana para frustrar el proceso de negociaciones con las FARC-EP, la hora cero para la construcción de la paz llegó inevitablemente y con ella el gran desafío de su estabilidad y prolongación en el tiempo.
Estoy emocionado por los colombianos, sobre todo por los niños y por los que están por venir, confesó Santos a pocas horas del prominente acontecimiento, resultado de la perseverancia, dijo.
En la sala de prensa desde donde siguen cada detalle de la noticia más de mil reporteros y personal de apoyo se respira también mucha emoción ante el privilegio que representa estar aquí en este momento y describir el primer día o el capítulo inicial de lo que podría ser el diario de la paz.
La guerra interna ha ocasionado la muerte a unas 300 mil personas, mientras casi siete millones permanecen desplazadas de sus lugares de origen y al menos 45 mil están desaparecidas.
Luego de la ceremonia protocolaria los ciudadanos deberán refrendar en las urnas todo lo concertado.
Serán necesarios más de cuatro millones de votos para legitimar el conjunto de convenios durante el plebiscito del 2 de octubre, la siguiente prueba de fuego.
Nuestro proceso de paz tiene suficientes méritos para ser refrendado (PL).
El acto que tendrá como sede el Centro de Convenciones comenzará casi al atardecer ante la presencia de 16 gobernantes, incluido el jefe de Estado anfitrión Juan Manuel Santos, de los principales líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), del secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, entre otras figuras del escenario político mundial.
Pero la cita de este lunes más que el feliz término de un espinoso proceso de conversaciones entre representantes gubernamentales y de esa guerrilla representa el inicio de un complejo camino en busca de un horizonte de distensión duradero y de la necesaria reconciliación nacional.
Fue difícil pero logramos el objetivo -acabar la confrontación con esa agrupación rebelde, la principal involucrada en la guerra interna- subrayó la víspera el ocupante de la Casa de Nariño tras admitir que la etapa que comienza presupone un enorme desafío.
El trascendental pacto abre una ruta de esperanza, dijeron algunas de las víctimas de la contienda a su llegada a Cartagena.
¡No viviremos otros 100 años de soledad! Vamos por la paz, comentó la excongresista y defensora de derechos humanos Piedad Córdoba desde su cuenta en twitter.
Este día significa el preludio de una nueva era para la patria, aseguró el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo (mayor convergencia de izquierda), quien es reconocido como uno de los impulsores de las pláticas con la insurgencia.
Considerado un triunfo no sólo de las delegaciones gubernamentales y de las FARC-EP designadas para encontrar una salida concertada al conflicto, sino de muchos otros actores del ámbito nacional y mundial, el consenso encaminado a terminar la confrontación fue divulgado el pasado 24 de agosto en La Habana y respaldado posteriormente en la X Conferencia de esos insurgentes.
La firma de la paz con dicho grupo guerrillero no solucionará todos los problemas del país pero sí permitirá deshacernos de un gran peso, de un ancla que no nos deja avanzar, manifestó Santos en sucesivas alocuciones.
Se trata de un feliz desenlace que tiene entre sus antecedentes las fallidas gestiones pacificadoras emprendidas tres décadas atrás por el entonces mandatario Belisario Betancur.
Pese a los pesimistas pronósticos de los más escépticos y la ofensiva de la derecha colombiana para frustrar el proceso de negociaciones con las FARC-EP, la hora cero para la construcción de la paz llegó inevitablemente y con ella el gran desafío de su estabilidad y prolongación en el tiempo.
Estoy emocionado por los colombianos, sobre todo por los niños y por los que están por venir, confesó Santos a pocas horas del prominente acontecimiento, resultado de la perseverancia, dijo.
En la sala de prensa desde donde siguen cada detalle de la noticia más de mil reporteros y personal de apoyo se respira también mucha emoción ante el privilegio que representa estar aquí en este momento y describir el primer día o el capítulo inicial de lo que podría ser el diario de la paz.
La guerra interna ha ocasionado la muerte a unas 300 mil personas, mientras casi siete millones permanecen desplazadas de sus lugares de origen y al menos 45 mil están desaparecidas.
Luego de la ceremonia protocolaria los ciudadanos deberán refrendar en las urnas todo lo concertado.
Serán necesarios más de cuatro millones de votos para legitimar el conjunto de convenios durante el plebiscito del 2 de octubre, la siguiente prueba de fuego.
Nuestro proceso de paz tiene suficientes méritos para ser refrendado (PL).
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Eventos