Comentarios sobre la solicitud de información en virtud de la resolución 77/205 de la AGNU, titulada “Llamamiento mundial para la adopción de medidas concretas para la eliminación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia y para la aplicación y el seguimiento generales de la Declaración y el Programa de Acción de Durban”.
Desde el triunfo de la Revolución cubana el 1ro de enero de 1959, el país ha mantenido una posición de principios y condena permanente contra todas las formas de discriminación, racismo, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. El Estado y Gobierno cubanos han adoptado leyes y políticas para combatir y eliminar definitivamente los vestigios de racismo, prejuicios raciales y discriminación racial.
La Constitución de la República, adoptada en 2019 en referendo popular, ratificó y fortaleció el reconocimiento y protección del derecho a la igualdad, así como la prohibición de la discriminación.
Su artículo 42 establece que todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana.
Todas las personas tienen derecho a disfrutar de los mismos espacios públicos y establecimientos de servicios, así como reciben igual salario por igual trabajo, sin discriminación alguna. La violación del principio de igualdad está proscrita y es sancionada por la ley.
En este sentido, el Estado crea las condiciones para garantizar la igualdad de sus ciudadanos y educa a las personas desde la más temprana edad en el respeto a este principio. Este derecho se hace efectivo con la implementación de políticas públicas y leyes para potenciar la inclusión social y la salvaguarda de los derechos de las personas cuya condición lo requieran.
Cuba ha sido enfática en promover la concreción de esfuerzos para luchar contra el racismo y la discriminación racial y apoyó, desde el primer momento, la Declaración y Programa de Acción de Durban.
La adopción y puesta en marcha, en noviembre de 2019, del “Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial” se encuentra en consonancia con el párrafo 60 del Apartado III del Programa de Acción de Durban. Este insta a los Estados a que adopten o refuercen, según proceda, programas nacionales destinados a erradicar la pobreza y reducir la exclusión social, que tengan en cuenta las necesidades y experiencias de las personas o grupos víctimas del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Estos esfuerzos están en línea, además, con nuestras obligaciones como Estado parte de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, así como nuestro compromiso con el Decenio sobre los Afrodescendientes.
El compromiso del Estado cubano por materializar los objetivos del Programa se evidencia en la creación de una comisión para su ejecución, encabezada por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como en la sistematicidad y rigor con que se discute el tema al más alto nivel del país.
Entre los objetivos del Programa se incluyen identificar las causas que propician las prácticas de discriminación racial; diagnosticar las posibles acciones a desarrollar por territorio, localidad, rama de la economía y la sociedad; divulgar el legado histórico-cultural africano, de los pueblos originarios y de otros pueblos no blancos como parte de la diversidad cultural cubana, y fomentar el debate público organizado sobre la problemática racial dentro de las organizaciones políticas, de masas y sociales, así como su presencia en los medios de comunicación.
Cuenta con tres etapas enmarcadas hasta el 2030 y tiene como objetivo general la valoración de los factores históricos, económicos, estéticos, políticos, sociales, psicológicos y culturales que propician la presencia en la sociedad cubana actual de prácticas de discriminación racial, así como las fortalezas y oportunidades para su enfrentamiento y definitiva eliminación.
El Programa muestra avances y define proyecciones que revelan la consistencia de una plataforma de conceptos y acciones en la ruta por erradicar manifestaciones y actitudes que laceran la condición humana y son incompatibles con el modelo socialista cubano.
Finalmente, Cuba se encuentra comprometida con los instrumentos internacionales que se proponen avanzar en la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia y reitera su voluntad de contribuir a los esfuerzos por lograr la plena implementación de la Declaración y el Programa de Acción de Durban.
En tal sentido, acompañamos los esfuerzos de la comunidad internacional dirigidos a erradicar el racismo y todas las formas de discriminación racial, como parte de nuestra aspiración a la construcción de un mundo más justo para todos.