El Encargado de Negocios a.i. de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, Embajador Yuri Ariel Gala López, intervino hoy en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre “Seguridad Marítima: Prevención, Innovación y Cooperación Internacional para abordar los desafíos emergentes”, convocado por la Presidencia de Panamá.
En su intervención, el diplomático cubano reconoció el papel esencial que el transporte marítimo ha desempeñado en el desarrollo de la humanidad, subrayando que se trata de una de las industrias más empleadas y a la vez más peligrosas, lo que demanda de normas globales para proteger la vida y el medio ambiente marino.
Resaltó el relevante papel de la Organización Marítima Internacional (OMI) en la promoción de la seguridad de la navegación y la prevención de la contaminación marítima ocasionada por buques, recordando que Cuba es miembro de esta entidad desde 1966 y concede especial importancia a sus esfuerzos para desarrollar el transporte marítimo y cumplir con las normas internacionales. Reiteró el interés de su país de continuar participando en las actividades de cooperación en el marco de la OMI, así como la disposición de participar en acciones de cooperación triangular con autoridades marítimas de la región y otros Estados Miembros.
El Embajador Gala López señaló que Cuba cuenta con un sólido marco legal en materia de seguridad marítima, que incluye la Ley de Navegación y la Ley de Puertos y sus reglamentos, así como un Código Penal cuyo capítulo 5 aborda los actos contra la seguridad de la navegación. Asimismo, destacó el Decreto-Ley No. 55/2021 que establece el Sistema de Ayudas a la Navegación Marítima, y las medidas implementadas por el país para reforzar la seguridad como el control del tráfico, la inspección de buques y la capacitación del personal marítimo.
Subrayó que la seguridad marítima reviste especial relevancia para Cuba como pequeño Estado insular en desarrollo, altamente dependiente del transporte marítimo para el desarrollo de su economía. En este contexto, denunció el impacto del bloqueo impuesto a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos, que calificó como una violación flagrante del Derecho Internacional y un obstáculo a la libertad de comercio y navegación internacionales. Recordó que la estadounidense Ley Torricelli sanciona a los barcos que entren a puertos cubanos con fines comerciales, prohibiéndoles tocar puertos estadounidenses durante seis meses, lo que incrementa los costos y limita las operaciones portuarias cubanas. A ello se suman las medidas extremas de guerra económica aplicadas desde 2019, destinadas a impedir el suministro de combustible a la Isla mediante sanciones e intimidación a productores, proveedores, transportistas y aseguradores.
Finalmente, el diplomático cubano hizo un llamado a favor de la cooperación internacional y los esfuerzos colectivos para afrontar los desafíos comunes en materia de seguridad marítima y promover un entorno marítimo seguro y sostenible. Insistió en la necesidad de evitar la militarización de las aguas y preservar la paz y la seguridad regional e internacional.
Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas