Vivimos en una época en la que la mayoría de los países de Europa optan por subordinarse incondicionalmente en su esfuerzo por unirse al club de los más fuertes. Donde vemos a los políticos gobernantes abandonar cualquier atisbo de autonomía y donde la opinión popular es sobre todo algo gestionada, manipulada o colapsada. Las amenazas existenciales deben esconderse preferentemente en el ruido del militarismo y el rearme.
La hipocresía y el fariseísmo no tienen límites, pero el precio es el cinismo y la desesperanza que se extienden por toda la sociedad.
Cuba muestra con su ejemplo que es posible para un pequeño país mantener su dignidad y elegir su propio camino. Que la solidaridad, la compasión y la democracia socialista pueden ser principios rectores que no deben abandonarse a pesar de la dureza de las circunstancias.
Por ello, los cubanos están pagando un precio extremadamente alto e injusto. Porque ese es precisamente el objetivo del bloqueo: castigar hasta la sumisión a aquellos a los que no se puede obligar a obedecer.
La revolución cubana está viva y no se limita a un levantamiento de 1959, sino que es dinámica, continúa su desarrollo, con una idea social basada en la justicia, la igualdad y la independencia,
Con su existencia, Cuba da esperanza a los movimientos populares que claman por la paz, la razón y la solidaridad y que se atreven a oponerse al genocidio en Palestina.
Por ello, la Asociación Sueco-Cubana considera su tarea cuestionar continuamente el bloqueo ilegal con todos los medios de que disponemos, tanto prácticos como políticos. En concreto, se trata de crear un respiro para el pueblo cubano mediante la recaudación de fondos, proyectos locales y campañas médicas y profundizando y reforzando nuestros lazos con Cuba.
Pero también de desarrollar nuestra cooperación con nuestras organizaciones hermanas en Europa para cuestionar y confrontar a los políticos e instituciones que prefieren doblegarse ante los dictados de Estados Unidos, en lugar de permitir a sus propios ciudadanos y empresas la oportunidad de tener un intercambio con Cuba.
Exigimos que la ONU vote en contra del bloqueo y que las protecciones legales de la UE para quienes realizan comercio con Cuba se traduzcan en políticas prácticas.
Cese la infundada y arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países terroristas!
¡La solidaridad es el arma con la que luchamos contra el bloqueo!
Estocolmo, 16 de marzo de 2024