Declaración de S.E. Sr. Juan Antonio Quintanilla Román Embajador, Representante Permanente de Cuba ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra y otros Organismos Internacionales con sede en Suiza.

Sesión de apertura de la Conferencia de Desarme.

Señor Presidente, (Sr. Ahmed Ihab Abdelahad Gamaleldin de Egipto)

Permítame iniciar felicitándolo por asumir la presidencia de la Conferencia de Desarme y asegurarle que podrá contar con el apoyo de nuestra delegación para, de conjunto con los demás miembros y observadores, avanzar efectivamente la agenda de este órgano y dar cumplimiento a su mandato.

Señor presidente,

El desarme nuclear es, y debe continuar siendo, la más alta prioridad en la esfera del desarme y en el trabajo de este órgano.

Este armamento constituye una amenaza existencial, grave e inminente a la humanidad.

100 ojivas bastarían para provocar el invierno nuclear. Al inicio de 2022 las existencias globales ascendían a 12 mil 705 cabezas nucleares, 2000 de las cuales se mantenían en estado de alerta operativa elevada. 

La comunidad internacional no puede permanecer pasiva ni en silencio ante el incremento y la modernización de los arsenales nucleares; y el fortalecimiento del papel de las estas armas en las doctrinas de defensa y seguridad de determinados Estados poseedores, cada vez más listos a considerar su utilización.

No existe justificación alguna para que, en medio de una crisis multidimensional agravada por la COVID-19, se destinen cifras multimillonarias al perfeccionamiento de estas armas de exterminio en masa y se descuide el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Señor Presidente,

El pasado año fuimos testigos del fracaso de la 10ª Conferencia de Examen del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), que concluyó, por segunda ocasión consecutiva, sin ningún resultado. Ello nos aleja aún más de la materialización de un mundo libre de armas nucleares.

No obstante, 2022 nos dejó con un hito trascendental en materia de desarme nuclear: la exitosa celebración de la Primera Reunión de los Estados Partes del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) del 21 al 23 de junio, en Viena.

Cuba, quien participó de forma activa en la génesis y negociación del TPAN, se encuentra comprometida con este instrumento jurídico, establecedor de una nueva norma de Derecho Internacional que prohíbe categóricamente las armas nucleares en toda circunstancia y los ensayos nucleares de todo tipo. Nos enorgullece haber firmado el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares el mismo día en que fue abierto a la firma en la sede de las Naciones Unidas, y haber sido el quinto país en ratificarlo, el 30 de enero de 2018. Estamos comprometidos con su universalización y los esfuerzos para su institucionalización como parte de la arquitectura multilateral de desarme, no proliferación y control de armamentos.

En este sentido, nos complace que la región de América Latina y el Caribe, inspirada en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que identifica el desarme nuclear como una prioridad; tenga el mayor número actual de Estados Partes en el TPAN.

En un contexto complejo, en el que se intensifican las guerras no convencionales, se incrementan y modernizan los armamentos, y se socava la paz y seguridad internacionales; debemos aprovechar el impulso dado por la institucionalización inicial del TPAN para retomar las negociaciones en el marco de la Conferencia de Desarme.

Señor Presidente:

Cuba ejerció la presidencia de la CD en 2022, cuando veníamos de aprobar un proyecto de decisión de trabajo. Nos sentíamos alentados por las perspectivas y la posibilidad de dar pasos hacia el cumplimiento del mandato que nos otorgara la Primera Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre Desarme en 1978. Se imponía entonces reactivar este componente clave de la maquinaria de desarme, velar por su vitalidad y preservar sus procedimientos y prácticas.

No obstante, culminamos el año con un informe procedimental de una página, primero de su tipo. Ello es muestra de un estancamiento que ya parece endémico a este órgano, y que responde a la falta de interés real de algunos Estados en ver avanzar regulaciones jurídicas en materia de desarme. En este sentido, reiteramos nuestra consideración que reducir las deficiencias actuales a los métodos de trabajo y reglamentos de la CD es pretender ignorar una parte esencial de la verdad.

Cuba otorga la mayor importancia a la Conferencia de Desarme, único órgano multilateral para las negociaciones en esta materia. Hoy, todos participamos de una arquitectura de desarme y no proliferación multilateral que este órgano contribuyó a establecer. Instrumentos jurídicos seminales como el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares, la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas; y la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ) son resultado de la labor de la CD y sus predecesores.

Señor Presidente,

La CD está preparada para negociar varios temas simultáneamente, incluyendo un tratado que prohíba la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; otro que brinde garantías de seguridad efectivas para los Estados que, como Cuba, no son poseedores de armas nucleares; y un instrumento jurídico que prohíba la producción de material fisionable para la fabricación de armas nucleares u otros dispositivos de igual naturaleza, y que comprenda las actuales existencias.

Un tratado que prohíba la producción de todo el material fisionable apto para uso militar en las armas nucleares, y que disponga la eliminación de todo el inventario existente, es un paso decisivo para la total eliminación de este armamento de exterminio en masa.

Asimismo, el régimen jurídico aplicable al espacio ultraterrestre no garantiza por sí solo la prevención de una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre, por lo que es necesario consolidarlo y reforzarlo, máxime a la luz de la creciente dependencia de la humanidad de los servicios asentados en este dominio. La consecución de un tratado multilateral que impida la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre y que prohíba el emplazamiento o uso de armas en dicho medio, debe constituir una prioridad para todos los miembros de este órgano. Las dificultades para comprobar, de forma efectiva, las capacidades de los objetos espaciales y de desarrollar un régimen de verificación, no pueden ser utilizadas como pretexto para impedir el avance de un instrumento vinculante. Instamos a que se inicie, cuanto antes, la labor sustantiva de la Conferencia de Desarme sobre la base del proyecto de Tratado actualizado por China y Rusia, en 2014.

Por otra parte, constituye un interés legítimo de los Estados no poseedores de armas nucleares, como Cuba, que los Estados que las poseen brinden garantías inequívocas de no usar ni amenazar con el uso de esas armas. Instamos a trabajar en la negociación y adopción, en el plazo más breve posible, de un instrumento universal jurídicamente vinculante en materia de garantías negativas de seguridad, sin condicionamientos.

Señor Presidente,

Estamos seguros que la CD tiene la capacidad para negociar instrumentos jurídicos como lo hiciera antaño. No obstante, falta la voluntad política de algunos Estados que se regocijan en la inercia actual para promover doctrinas y políticas armamentistas, injerencistas y unilateralistas.

El multilateralismo es el principio básico de las negociaciones en la esfera del desarme y la no proliferación a fin de mantener y fortalecer las normas universales y ampliar su alcance. Así lo hemos afirmado de forma reiterada en la Primera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Hoy, a la par que exhortamos a todos los Estados a trabajar unidos, reiteramos nuestro rechazo a las medidas coercitivas unilaterales como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba. En particular, condenamos en los términos más enérgicos la ilegítima y fraudulenta inclusión de Cuba en la lista de países que los Estados Unidos consideran como patrocinadores del terrorismo. Cuba no reconoce autoridad alguna a las listas de calificación de países que emite el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Son listas unilaterales que no tienen mandato o legitimidad internacional. Es una verdad reconocida por todos que Cuba no es un Estado patrocinador del terrorismo y que su conducta ante ese flagelo ha sido intachable.

Señor presidente,

2023 debe ser el año en el que se materialice el compromiso que todos los Estados miembros de la Conferencia deben tener para con su activa y efectiva labor.

Todos tenemos la responsabilidad de “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”, salvar el planeta y “crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del Derecho Internacional”. Hagamos nuestra parte desde este órgano.

Muchas gracias

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