Hace cuarenta años en la actualidad, el 6 de octubre de 1976, el vuelo CU-455 de Cubana de Aviación sucumbió ante un evidente acto del terrorismo, con la pérdida de la vida de los ciudadanos cubanos, de Guyana y de la República Popular Democrática de Corea. El terrorismo en su forma moderna ha sido, por tanto, conocido en el Caribe de habla inglesa hace 40 años y su impacto todavía resuena hoy entre nosotros. Los actos de detención en Trinidad y Tobago y el posterior juicio en Venezuela, apuntaban directamente a los autores, que nunca han sido castigados de una manera consistente con su horrible crimen. Las llamadas continuas para la justicia, expresadas por las familias de las víctimas y de los países de los que proceden, no cesarán hasta que todos los autores han sido puestos a disposición judicial. A pesar de que han pasado 40 años, la tristeza y la indignación causada por ese evento continúan impregnados en nuestra conciencia y determinan en nuestra decisión de denunciar el terrorismo en todas sus formas, por quienquiera que sea cometido. Para nosotros, no hay ningún pequeño acto de terrorismo o grande acto de terrorismo.
Puesto que ocurrió unos cuatro años después que Barbados y otros tres países de la CARICOM habían establecido relaciones diplomáticas con la República de Cuba, este acto de terrorismo, sin dudas, pretendía a generar miedo entre nosotros, pero de hecho ha reforzado aún más nuestro compromiso con la construcción duradera las relaciones bilaterales y regionales con ese hermano país.
Estamos encantados de que durante ese período, y hasta la actualidad, las relaciones entre Barbados y Cuba han sido vibrante y han dado testimonio del hecho de que las naciones pequeñas pueden soportar por el honor y el principio en un contexto internacional plagado de obstáculos y desafíos, y puede superar los temores de que los actos de terrorismo como éste tienen el propósito de fomentar.
Al hacer una pausa en este día para recordar a aquellos individuos cubanos, guyaneses y norcoreanos, muchos de ellos adolescentes, cuya vida terminó prematuramente el 6 de octubre de 1976; como recordamos sus familias y las naciones de las que provienen, continuemos nuestra determinación para reforzar la relación fraternal entre Barbados y la República de Cuba, y en conjunto, con las naciones y los pueblos afines, para luchar contra el flagelo del terrorismo en todas sus manifestaciones, cualquiera que sea su origen y dondequiera que ocurra. (Oficina del Primer Ministro)