En el 167 aniversario del Natalicio de nuestro apóstol, este 28 de enero del 2020, es un extraordinario privilegio para Cuba, tener a Martí en la historia, en esta hora crucial y para todos los tiempos; y hoy toma más significado, debido a los recientes sucesos de profanación de los bustos de Nuestro Héroe Nacional, un hecho inadmisible e imperdonable, porque donde haya un cubano digno y honrado, ya sea en Cuba o fuera de nuestra patria, no se puede admitir una ofensa, no solo a Martí, sino a ninguno de nuestros próceres.
La Asociación de cubanos residentes en Ecuador repudia el ultraje que en días pasados se cometiera contra la figura del “más universal de los cubanos”, un acto abominable de quienes han demostrado haber perdido todo escrúpulo y sentido patriótico. Esos, no merecen llamarse cubanos.
Es inútil pedir a mercenarios y traidores que lean a Martí, pues evidentemente a ellos no ha llegado su verbo estremecedor, su sentido de la ética y su voluntad de construir una patria mejor y más justa. Corresponde a los hombres y mujeres, dignos enfrentar con valentía, sentido del honor y sabiduría política el momento presente, lleno de complejidades y peligros.
No serán aquellos vándalos del imperio, delincuentes amparados y pagados quienes dividirán a la nación cubana, no será Trump y su política imperial quienes podrán de rodillas a un pueblo digno como el nuestro. Con nosotros no pudo el colonialismo español ni ha podido, ni podrá el imperialismo norteamericano.
Cuando actos de este tipo suceden no es a una Revolución a la que se agrede, sino, a un pueblo. Están atacando las esencias mismas que le dan a nuestro pueblo su naturaleza y su grandeza. Precisamente aquello que lo representa en lo más puro de los ideales con los que se forja una nación, porque se ha atacado al alma de Cuba, que es lo que representa Martí.
Nosotros, cubanos que vivimos en Ecuador pero existimos en Cuba, reafirmamos nuestro compromiso con la tierra que nos ha visto nacer y con los ideales revolucionarios, apegados a los preceptos martianos. Pueden contar con nosotros, residentes y emigrados que vivimos en Ecuador, como también lo hicieran aquellos tabaqueros de Tampa.
¡¡Honrar, honra!!