En una solemne e íntima ceremonia, el Presidente de Cuba Raúl Castro, depositó la urna de cedro con las cenizas del Comandante en Jefe en un féretro de alto simbolismo histórico: una piedra de unos 4 metros de altura proveniente de la Sierra Maestra, donde el líder histórico de la Revolución Cubana libró la lucha guerrillera que condujo al triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959. Allí reposarán eternamente sus restos, junto a los del Héroe Nacional José Martí, el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y Mariana Grajales, la legendaria madre de la pléyade heroica de los Maceo. Una vez el insigne cementerio de Santa Ifigenia abriga en la heroica ciudad de Santiago de Cuba a lo mejor de sus hijos, esta vez al Caguairán invicto de las mil batallas. “No es verdad la muerte cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, José Martí.