Días de pensamiento para la acción

La Habana, 12 de julio de 2019.- Los tiempos actuales requieren de nuevas ideas para avanzar, a pesar de la difícil coyuntura que nos ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos con el recrudecimiento del bloqueo. «La belleza está en asumir los retos e irnos por encima de los desafíos».

El Producto Interno Bruto cubano creció en 2018 y el pronóstico para este año se hizo a partir de ese incremento, por lo que cumplir con ese propósito requerirá de hacer bien las cosas en cada lugar y buscar alternativas, explotar todas nuestras reservas.

Hay que pensar con cabeza propia y escuchar la voz del pueblo con sus iniciativas para solucionar los problemas y conflictos. Debemos pensar como país, generar ideas y aportar lo mejor de cada quien para concretar el ansiado avance económico.

El socialismo es el único que podrá solucionar las inequidades al distribuir planificadamente y proteger a los sectores más vulnerables. Son tiempos de actuar con inteligencia, capacidad de análisis, decencia y vergüenza.

Hay que pensar primero en la industria cubana antes de importar, y si ella no puede asumir el pedido, pensar entonces en qué es preciso transformar para cumplir con las demandas.

Es necesario fortalecer la industria nacional, y esta se debe articular para aportar los productos demandados por los inversionistas extranjeros. «En la misma medida en que la producción nuestra se encadene y le aporte productos y servicios a la inversión extranjera, el inversionista foráneo acudirá menos al mercado exterior».

Debemos desarrollar una vocación exportadora en todas las entidades. Tenemos que sustituir importaciones, porque mientras menos gastemos habrá más dinero para recircular en nuestros procesos productivos.

Es preciso que, a través de los negocios, entren a la economía nacional tecnología, capital y conocimiento. «No invertiremos en cualquier cosa, sino en los sectores claves y priorizados, muy bien definidos en la ley cubana, siempre defendiendo la soberanía y la independencia».

A pesar de las presiones que reciben los inversionistas y las entidades extranjeras radicadas en nuestro país, todos han mantenido una posición firme en rechazar el carácter extraterritorial de las leyes estadounidenses, principalmente de la Helms-Burton. Eso tiene que ver con las potencialidades y la seguridad para entablar negocios en Cuba.

Debemos defender el turismo por lo que aporta al desarrollo económico y social del país, y por su modo de defender nuestra cultura, identidad, valores e idiosincrasia.

La industria del ocio tiene la capacidad para generar empleos, fomentar una cultura empresarial, fortalecer los nexos con la economía interna, la inversión extranjera, el sector no estatal y con los programas de desarrollo local.

Se debe trabajar en la calidad del servicio en el turismo, hay que distinguirse por la originalidad de las ofertas. Debemos ir más allá de la propuesta de sol y playa, hay que crear opciones vinculadas con la actividad de salud, la cultura, la historia, los temas de patrimonio y naturaleza, donde esté siempre presente la cubanía.

La informatización es saber distinguir procesos, apoyarlos con plataformas digitales e institucionalizarlos con integridad en los municipios.

La etapa de presencia del gobierno electrónico se cumplió, mientras que la segunda, la interactividad, comienza a tener adelantos. Sin embargo, no se puede ser conformistas, hay que actualizar los contenidos con periodicidad y debe haber una

interacción real de los dirigentes con el pueblo a través de estas plataformas.

Cuando se actúa con responsabilidad social, se informa a tiempo y se dan las verdades con transparencia, tenemos fortaleza como Gobierno.

El comercio electrónico es un tema que aún se debe continuar impulsando. Tenemos que pensar cuál es el país informatizado que queremos, las facilidades que brinda y cómo todos nos involucramos en esa política.

El Gobierno asume con prioridad y seriedad el cumplimiento de la Política de la Vivienda. En tres meses ha habido una respuesta de los organismos involucrados en la planificación de los procesos vinculados a la construcción y los problemas de documentación se han ido subsanando.

Se ha implementado una manera distinta de trabajar el tema de la vivienda desde hace dos meses, donde se han eliminado elementos de chapucería y burocracia, y hay avances en el desarrollo del plan.

Lo importante es no repetir los errores, hay que trabajar en función de la terminación del plan de 2019 y construir viviendas de manera que se pueda avanzar, incluso en las diseñadas para el próximo año, apelando sobre todo a las potencialidades locales.

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