Querido General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido;
Compañeros Machado y Lazo;
Diputadas y diputados;
Compatriotas:
Nuestras primeras palabras en el Día del Educador para felicitar y reconocer a los maestros cubanos, quienes nos dedican, más que sus horas, el sentido de sus vidas.
El 2018 casi termina y volvemos a reunirnos para el tradicional abrazo y la evaluación de un período crucial en la historia de la Revolución Cubana.
El que hoy despedimos quedará en nuestra memoria nacional como el año en que una nueva generación, de manera gradual y paulatina, en clara expresión de continuidad, comenzó a asumir tareas principales de dirección, con la suerte de mantener la guía de la Generación Histórica, en particular del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.
Durante los meses transcurridos desde las sesiones de la Asamblea en abril, hemos contado con esa guía ante los más duros e inesperados desafíos y encontrado en su confianza y en la dirección colectiva los recursos fundamentales para llegar hoy aquí a rendirles cuenta, comprometidos con la solución de los problemas que más preocupan al pueblo, que son los que absorben cada minuto de nuestros días y cada partícula de nuestras energías.
Haciendo un balance de esfuerzos y resultados, debo hablar, en primer lugar, de la profunda satisfacción que nos deja la discusión popular de la nueva Constitución que hoy se aprueba.
Con ese debate, no solo hemos enriquecido nuestra cultura política, el sentido de pertenencia a una nación y el futuro del país. Nos hemos acercado más a las preocupaciones y demandas de nuestra gente, objetivo fundamental de la Revolución del que siempre han intentado distraernos los adversarios, empeñados en fracturar y dividir a la sociedad cubana, conscientes de que la unidad es su más cara fortaleza.
Me gustaría decir que ha sido un año de impulso al gobierno electrónico y por una mayor eficiencia en la gestión económica, pero se trata solo del primer escalón en una tarea de demandas infinitas que hacia el 2019 deberán comenzar a dar sus primeros frutos.
Y es preciso decir que también tuvimos pruebas realmente duras, como las inundaciones que asolaron las provincias centrales y la caída de un avión que dejó un doloroso saldo de 112 muertes y una sola sobreviviente, quien en días recientes ha enviado un hermoso mensaje de agradecimiento a sus compatriotas y en especial al equipo médico que la mantuvo con vida.
Cumplida la triste tarea de revivir la peor noticia de este año para Cuba, retomo la más estimulante.
Esta sesión de la Asamblea Nacional concluye con una decisión trascendente para la vida de la nación: la aprobación de la nueva Constitución de la República que en febrero será sometida a Referendo.
Llegamos a ella después de un amplio proceso de consulta popular donde los ciudadanos, residentes dentro o fuera del país, tuvieron la oportunidad de expresar libremente sus consideraciones sobre el contenido del proyecto, el cual comprendía, entre otros aspectos relevantes, los fundamentos políticos y económicos, los derechos y los deberes y la estructura del Estado.
Todas y cada una de las intervenciones fueron debidamente valoradas y originaron cambios en cerca de un 60% de los artículos del Proyecto, lo que permitió enriquecer su contenido.
El análisis popular puso de manifiesto la voluntad de perfeccionar la Constitución, pero fue mucho más allá porque aportó importantes elementos a tener en cuenta en el amplio ejercicio legislativo que debemos emprender para respaldar con las leyes necesarias el cumplimiento de los preceptos constitucionales.
La ocasión es propicia para, en nombre de la Asamblea Nacional, felicitar a quienes participaron en el aseguramiento y organización del proceso de consulta popular, incluyendo los dúos que condujeron las más de 133 000 asambleas efectuadas en todo el país, los funcionarios responsabilizados con la recopilación y análisis de los planteamientos; al Centro de Estudios Sociopolíticos del Comité Central del Partido y, en particular, a la Comisión encargada de la redacción del proyecto de Constitución y, como sentida y justamente se ha expresado aquí, a su presidente, el General de Ejército Raúl Castro Ruz (Aplausos).
La Ley Fundamental que acabamos de aprobar reafirma el rumbo socialista de la Revolución y nos permite encauzar la labor del Estado, el Gobierno, las organizaciones y todo el pueblo en el perfeccionamiento continuo de la sociedad; refuerza la institucionalidad; establece la prevalencia de la Constitución en nuestro actuar una mayor inclusión, justicia e igualdad social y un reforzamiento del empoderamiento del pueblo en el gobierno de la nación.
Este proceso, que continúa con la celebración del Referendo el 24 de febrero del venidero año, es una genuina y excepcional demostración del ejercicio del poder por el pueblo y, por consiguiente, del marcado carácter participativo y democrático de nuestro sistema político.
Contrario a lo que exponen los enemigos de la Revolución, Cuba ha dado una vez más muestra de que las decisiones fundamentales y el consenso en torno a los temas que definen la vida de la nación se construyen con el aporte decisivo de todos. Habría que decirles a nuestros detractores que se arriesguen a hacer en sus países un proceso de similares características al que estamos desarrollando.
En fecha tan entrañable como el 24 de febrero, a 124 años del reinicio de la contienda independentista dirigida por el Héroe Nacional José Martí, los cubanos de estos tiempos, fieles a las tradiciones de luchas, acudiremos a las urnas a aprobar la Constitución, como expresión de firmeza, lealtad al legado del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro, y diremos con nuestro voto: Sí a la Revolución, a la soberanía e independencia de la Patria, a la unidad. Sí por el socialismo y por el compromiso con los héroes y mártires en los más de 150 años de luchas por la libertad.
Queridas compañeras y compañeros:
Ha sido intenso y fructífero el debate en las 10 comisiones de trabajo de esta Asamblea. Además del texto constitucional, hemos discutido en plenario dos temas prioritarios: el cumplimiento del plan y el presupuesto en el presente año y sus propuestas para el 2019.
Con un discreto crecimiento del Producto Interno Bruto del 1,2% —que no por limitado deja de ser alentador, en medio de tantos factores adversos— el comportamiento de la economía cierra en signo positivo.
Para que no se subestime, me permito reseñar algunas decisiones favorecidas por ese discreto, pero real crecimiento:
En noviembre del presente año se puso en vigor el incremento de las pensiones mínimas a los jubilados, pasando de 200 a 242 pesos para casi 300 000 personas.
Se incrementaron además en 70 pesos todas las prestaciones monetarias a recibir a través de la asistencia social, en beneficio de 99 000 núcleos familiares.
Estos incrementos, que tienen un costo anual para el Presupuesto del Estado de 224 millones de pesos, están dirigidos a mejorar modestamente el ingreso de las personas y núcleos familiares de menor poder adquisitivo y son un anticipo parcial de las medidas que se adoptarán para ordenar la situación de los salarios, pensiones, prestaciones de la asistencia social, subsidios y gratuidades.
Uno de los sectores que más aporta es el de las comunicaciones, gracias al crecimiento de la conectividad y el acceso a Internet en entidades estatales, así como en los servicios demandados por la población con el aumento de 700 000 líneas móviles, para un total de 5 300 000 en servicio.
Los puntos de acceso público mediante wifi también crecen en más de 300 y los hogares conectados a Internet ya suman 60 000.
Las afectaciones mayores al Producto Interno Bruto se concentraron en la industria azucarera y, más ligeramente, en el sector de la agricultura y la ganadería. No obstante, es justo resaltar el incremento de la producción de arroz y frijoles que nos permiten sustituir importaciones.
A pesar del impacto del huracán Irma, que afectó severamente la comercialización del destino Cuba en la temporada alta 2017-2018, y las medidas adoptadas por el Gobierno norteamericano para obstaculizar los viajes a nuestro país, el turismo terminará el presente año creciendo y con un nuevo récord de visitantes internacionales.
No menos relevante es el hecho de que en medio de tantos factores adversos se han garantizado los servicios sociales a la población en Educación, Salud, Cultura y Deportes. Se prevé que el año 2018 cierra con una tasa de mortalidad infantil de 4, similar a la del año anterior, que es la más baja de la historia.
Un programa que tuvo un significativo impulso fue el de la vivienda, lo que permitió terminar la ejecución de más de 29 000 viviendas por el plan estatal, al tiempo que por esfuerzo propio de la población se alcanzarán cerca de 11 000. A este empeño contribuirá la política de la vivienda que recientemente fue aprobada por el Consejo de Ministros e informada a los diputados en esta sesión del Parlamento.