El sector de la salud en Cuba continúa siendo uno de los más gravemente afectados por el criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.
Tan solo 9 días de bloqueo equivalen al financiamiento requerido para importar el material gastable médico (algodón, gasa, jeringuillas, agujas, suturas, catéteres, equipos para sueros, entre otros insumos) y los reactivos necesarios para el sistema nacional de salud durante un año (129 millones de dólares aproximadamente).
Si bien estas estadísticas resultan alarmantes es inestimable el dolor y aflicción que provocan estas carencias en los cubanos. Su impacto en la calidad de vida y bienestar del pueblo cubano, principal víctima de esta política genocida, es real.
La firma Novartis, en Suiza, ha planteado que, debido al bloqueo, no puede ofertar a Cuba el medicamento Cabergolina, con el cual se pudieran evitar los tratamientos quirúrgicos asociados a los tumores en la hipófisis, órgano que regula el sistema endocrino.
A causa del bloqueo no se ha podido acceder a las piezas de repuesto que se necesitan para reparar los equipos defectuosos de climatización de la unidad de cuidados intensivos y de los salones quirúrgicos del Instituto de Neurología y Neurocirugía, debido a que la empresa productora de origen francés fue adquirida por una transnacional estadounidense. Por tanto, no está autorizada a vender a Cuba.
Tampoco se han podido adquirir los gasómetros de la empresa Radiometer para la atención de pacientes graves en terapia y casos de cirugía cardíaca, debido a que dicha compañía es parte de la corporación Danaher, con sede en los EE.UU. y, por tanto, tiene prohibida la venta de estos insumos a Cuba.
El bloqueo ha impedido el acceso a los dispositivos de la compañía estadounidense Datex-Ohmeda para el suministro de óxido nítrico a los pacientes, el cual es un gas vasodilatador de uso en el proceso post-operatorio cardiovascular, neonatologías y trasplante pulmonar.
Las severas limitaciones que se derivan del bloqueo han perjudicado considerablemente los servicios que se brindan a la población cubana y las atenciones médicas especializadas.
Por solo mencionar un ejemplo, en los últimos cuatro años la actividad quirúrgica ha decrecido en el país de manera considerable. Aún con la recuperación de la actividad asistencial durante 2022 y 2023, la cifra de cirugías solo alcanza el 65% de los años precedentes, en los cuales se lograron realizar 1 millón de intervenciones. Ello ha provocado una demanda acumulada de servicios, con una lista de espera de 86 mil 141 pacientes al cierre de febrero de 2024. De los casos pendientes, más de 9 mil se encuentran en edades pediátricas, con la consecuente angustia familiar y presión para el sector de la salud.
Otro caso igualmente desolador se ha evidenciado en la especialidad de neonatología y la atención al recién nacido, donde existen más de 20 equipos médicos con obsolescencia tecnológica, incluidas incubadoras, cunas térmicas, ventiladores neonatales, entre otros. A pesar de la vocación profundamente humanista de la Revolución cubana y de la prioridad que brinda el gobierno cubano a este sector, no ha podido escapar de los efectos multidimensionales del bloqueo en la capacidad adquisitiva del país, incluido en el acceso a tecnologías más avanzadas.
Desde marzo de 2023 a febrero de 2024, se han hecho más evidentes las presiones a los bancos y países donde se brinda la cooperación médica cubana, los que se han negado a remesar los ingresos a Cuba. Una misión médica fue cerrada en el período de análisis, por decisión del país receptor, ante la persecución y efecto intimidatorio que genera el bloqueo estadounidense.
Debido a los numerosos obstáculos impuestos por esta política, a Cuba se le niega el derecho de adquirir tecnologías, materias primas, reactivos, medicamentos, dispositivos, equipos y piezas de repuesto, entre otros materiales necesarios para el mejor funcionamiento de su Sistema Nacional de Salud.
Los próximos días 29 y 30 de octubre, la Asamblea General considerará y someterá a votación el proyecto de resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Una vez más, la comunidad internacional levantará su voz y condenará, de manera abrumadora y contundente esta injusta, ilegal y cruel política.
Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.