Intervención del Embajador Pedro L. Pedroso Cuesta, representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas, en conmemoración del natalicio de José Martí y contra el bloqueo estadounidense
Queridos amigos de la Coalición Manos fuera de Cuba y Venezuela:
Amigos participantes:
Hace pocos días, el 28 de enero, conmemoramos el 168 aniversario del natalicio del cubano más universal, cuya obra constituye la piedra angular y el sustento ético de la Revolución Cubana. Nada de lo hecho y construido por la Revolución de Fidel, desde la Sierra Maestra hasta hoy, puede explicarse sino es a través del pensamiento de José Martí, y su aspiración de alcanzar para Cuba y el mundo “toda la justicia”.
El gran combate contra el imperialismo de Estados Unidos fue entendido por Fidel como la continuación del que en silencio emprendiera Martí. El Apóstol de la independencia de Cuba es, sin dudas, la fuente esencial de los sentimientos latinoamericanistas y de las muestras de solidaridad e internacionalismo expresadas durante todos estos años por los cubanos.
El pensamiento humanista y la obra emancipadora de Martí, que vivió durante 15 años aquí en los Estados Unidos y fue gran conocedor de la sociedad estadounidense de su tiempo, nos ofrece un vasto legado con importantes lecciones para todos los que aspiramos a que Cuba y los Estados Unidos puedan convivir en un clima de paz y respeto mutuo, lo cual necesariamente pasa por el levantamiento del criminal bloqueo económico, comercial y financiero contra mi país.
Los cubanos que nos hemos educado en un profundo sentimiento antiimperialista, curtido en más de 150 años de lucha por nuestra independencia, no hemos sido ni seremos nunca antiestadounidenses. El antiimperialismo de Martí y Fidel no estuvo divorciado de la disposición a establecer relaciones cordiales y respetuosas entre ambos países.
Martí, con su capacidad de expresar en una frase ideas y sentimientos particularmente complejos, sentenció: “…Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting…”, en referencia a ese personaje que intentó anexar territorios mexicanos a los Estados Unidos. La idea de saber diferenciar entre las virtudes y valores del pueblo estadounidense, de un lado, y los apetitos imperiales de su gobierno y la rapacidad de su sistema, del otro, es algo con lo que los cubanos crecemos y nos educamos.
Esa máxima explica que Cuba, incluso en los momentos de mayor confrontación con el gobierno de los Estados Unidos, siempre haya estado dispuesta a entablar y fortalecer sus vínculos con el pueblo estadounidense, con el que compartimos antecedentes históricos, valores y aspiraciones.
Otra enseñanza de Martí fue que, a partir de esos valores comunes, los patriotas cubanos podían contar con las personas de buena voluntad que vivían en los Estados Unidos, tanto los de origen cubano como los que no. Por eso recurrió Martí a los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, y a mucha gente buena que vivía en este país en su época, y que contribuyeron, de una u otra forma, y casi siempre anónimamente, a los esfuerzos independentistas de Cuba.
Hoy no luchamos contra el colonialismo, pero nuestra gesta independentista no ha concluido, puesto que el gobierno de Estados Unidos, no ha renunciado a sus apetencias de controlar los destinos de Cuba. Como escribiera Martí a su querido amigo, Gonzalo de Quesada, en 1889, sobre Cuba “…hay otro plan más tenebroso que lo que hasta ahora conocemos, y es el inicuo de forzar a la Isla, de precipitarla, a la guerra, -para tener pretexto de intervenir en ella, y con el crédito de mediador y de garantizador, quedarse con ella...”
El bloqueo contra Cuba, recrudecido en tiempos de pandemia, obedece a ese plan de dominación, para rendir por hambre y desesperación a los cubanos; y se conjuga con la agenda de subversión dirigida a provocar un estallido social y un derramamiento de sangre en el país.
En la lucha contra el bloqueo, estamos seguros que continuaremos contando con el apoyo del pueblo estadounidense. Primero, porque las aspiraciones que el bloqueo persigue, y su impacto en la vida de las personas, son contrarios a los valores del pueblo de este país. Y segundo, porque el bloqueo no solo afecta a los cubanos, sino también a los estadounidenses. Por solo citar un ejemplo, ¿cuánto hubieran podido beneficiarse los estadounidenses, en el marco de la actual pandemia de la COVID-19, sobre todo los sectores más humildes, de la experiencia cubana en materia de salud, si no hubiera bloqueo?
Finalmente, otra enseñanza de Martí, que trabajó toda su vida por la independencia de Cuba, y llevada a su máxima expresión por Fidel como líder de la Revolución, es que los revolucionarios no tenemos derecho a cansarnos. Puedo asegurarles que los cubanos no dejaremos de defender nuestro derecho a decidir nuestro propio destino, ni dejaremos de reclamar el levantamiento del bloqueo, que es a todas luces, un acto vil e injusto. Estoy seguro, además, que ustedes seguirán acompañándonos en esta lucha.
Muchas gracias.