En 1953, en su alegato conocido como “La Historia me Absolverá”, Fidel Castro expuso los principales problemas que sufría la Cuba de entonces: el de la tierra, el de la industrialización, el de la vivienda, el del desempleo, el de la educación y el de la salud del pueblo. En lo que respecta a este último, denunció que la mortalidad infantil era superior a 60 niños fallecidos por cada mil nacidos vivos; la esperanza de vida no rebasaba los 55 años de edad; 90% de los niños del campo estaban devorado por parásitos y la existencia de un médico por cada mil habitantes, pero concentrados en la capital.
Con el triunfo revolucionario en 1959, se empieza a construir y a consolidar el Sistema de Salud Pública Cubana, inspirado en las orientaciones del Comandante en Jefe. En cada etapa de su desarrollo progresivo el líder histórico de la Revolución jugó un papel esencial, con sus ideas y apoyo personal. Desde su constitución se proyectó como una integración social, orientada no solo hacia la curación de enfermedades, sino sobre todo a su prevención.
Para lograr tal propósito, el país dispuso de dos pilares fundamentales: la medicina comunitaria y la medicina familiar, sobre la base de los cuales se sustenta hoy, el Programa de Atención Primaria de Salud en Cuba. Este programa tuvo como objetivo en sus momentos iniciales la formación de la Red del Policlínico Integral Preventivo Curativo (1964), al que sustituirían como sucesivos eslabones históricos los modelos del Policlínico Comunitario (1974) y del Médico y la Enfermera de la Familia (1984).
En 1959 el joven gobierno revolucionario encontró sólo la escuela de Medicina de la Universidad de La Habana. En 1964 se graduaron los primeros 250 médicos totalmente formados por la Revolución, en medio del éxodo masivo de médicos. En su discurso de Inauguración del ICBP "Victoria de Girón", octubre de 1962, Fidel señalaba: "Con vistas al futuro, la única, la verdadera, la definitiva solución, es la formación masiva de médicos. Y la Revolución tiene hoy fuerzas, tiene recursos, tiene organización y tiene hombres-¡hombres!, que es lo más importante- para comenzar un plan de formación de médicos en las cantidades que sean necesarias. Y no solo muchos, sino sobre todo buenos; y no solo buenos como médicos, ¡sino buenos como hombres y como mujeres, como patriotas y como revolucionarios!".
Sobre las cualidades que deben caracterizar a los jóvenes que ingresan a las escuelas de medicina, en el acto de constitución del Destacamento de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay", en 1982, expresó: "[…] para estudiar medicina se requiere realmente vocación, voluntad de estudio, preferencia de la medicina sobre cualquier otra carrera… para ser médico se requiere una sensibilidad exquisita, una gran calidad humana. ¿Qué médicos debemos formar?, se preguntaba Fidel entonces, respondiéndose: “Médicos de altísima calidad, calidad científica, calidad política, calidad moral y calidad humana…".
En el Encuentro Nacional de Estudiantes de Ciencias Médicas en mayo de 1984 reflexionaba: "[…] No concibo un estudiante de medicina finalista, que se conforme con estudiar al final, no lo concibo. Qué confianza, qué seguridad puede tenerse cuando va a atender a un ciudadano, a los hijos, a los padres, a los hermanos; qué confianza puede tenerse en aquel que le falta la voluntad de estudiar, teniendo una misión tan importante, tan vital, tan sagrada. Y sobre los métodos de evaluación, tenemos que trabajar para que ese joven se vea obligado a estudiar todo el año. Debemos realizar una lucha sin cuartel contra el conformismo con relación a ese estudiante que se resigne a la mediocre nota de un tres. Por lo tanto, la idea de que necesitamos médicos, y muchos médicos, no debe en lo más mínimo menoscabar el principio del rigor[…] Capacidades tenemos y estamos creando bastantes, suficientes, más que suficientes, para ingresar los que sean necesarios; pero no abandonar, bajo ningún concepto, el principio del rigor, y no descuidar en lo más mínimo la selección.
Recordamos la ejecución masiva de programas de vacunación, que incluyó de manera destacada la realización de la primera campaña de vacunación antipoliomielítica; el incremento del número de embarazadas atendidas en consultas prenatales, lo que aumentó el número de partos realizados en las unidades rurales; la educación sanitaria, que comenzó a transformar los hábitos y la conducta higiénica en la población campesina y la creación de la Cruz Roja Rural; la puesta en marcha del Programa de Inmunización, desde 1963 se erradica la poliomielitis y en 1970 el paludismo.
Ya hacia 1979 Cuba obtiene la tasa de mortalidad materna más baja de América Latina 29,6 por mil nacidos vivos gracias a la puesta en funcionamiento del Programa Materno Infantil.
El año 1983 marca el inicio de una etapa trascendental de trabajo en el sistema de salud en Cuba. Fue este el año en que se inició el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), el cual tuvo su antecedente en el Programa para la Reducción de la Mortalidad Infantil y Materna, iniciado en el año 1970. Con una visión más abarcadora que su antecesor, el PAMI ha tenido como centro de atención, desde entonces, la salud de la mujer, los niños, los adolescentes y la planificación familiar.
El Programa Integral del Adulto Mayor, por su parte, surge en 1974, es un plan de acción y atención diferenciada hacia este grupo etario, con el propósito de cubrir sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales, y elevar la calidad su vida. De ahí el surgimiento también de los Círculos de Abuelos y de la formación de los Trabajadores Sociales para la atención especializada a este sector de la sociedad. Este programa, además de ofrecer aglutinación en favor del adulto mayor, es aplicable en todos los niveles de atención, que incluyen no solo la salud, sino seguridad social, deportes, cultura, legislación, entre otros.
El pensamiento y accionar de Fidel Castro Ruz sobre la salud pública cubana y en especial relacionado con el Programa de Medicina Familiar, siempre estuvieron vinculados a la garantía de la salud para todo el pueblo y la accesibilidad a todos los servicios de salud con calidad.
La Revolución, liderada por Fidel, alcanzó logros notorios para un país en desarrollo, por demás, bloqueado por Estados Unidos por más de 60 años, que han sido motivo de orgullo para los cubanos.
El pensamiento y la obra de Fidel en materia de Salud no se limitó a Cuba. Con el inicio el 23 de mayo de 1963 de la colaboración médica en Argelia los profesionales cubanos de la Salud mostraron al mundo la valía de la medicina en tiempos de Revolución. Desde entonces nuestros cooperantes han estado dejando su imborrable huella en los cinco continentes. Hasta 2022 Cuba ha prestado servicio en 165 países con más 605 698 colaboradores. Desde la constitución del contingente Henry Reeve en 2005, por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se han enviado 88 brigadas a 56 países con 13 mil 467 colaboradores, tres brigadas enfrentaron el Ébola en África occidental con 265 colaboradores y 58 brigadas enfrentaron la Covid-19 en 42 países.
Ustedes son un ejército de esperanza para el mundo. En este día recordamos las proféticas palabras de Fidel: “Ante ustedes esta Humanidad un día tendrá que inclinarse, ante ustedes tendrán que inclinarse las futuras generaciones…”
En víspera del séptimo aniversario de la desaparición física del líder histórico de la Revolución cubana, Cuba y el mundo le rinde tributo. Le recuerda con la admiración y el respeto de siempre y le dice: “Gracias Fidel”.
https://salud.msp.gob.cu/videos/fidel-en-salud/