Ashjabat 16 de diciembre 2025.
En el marco del Foro Internacional dedicado al Año Internacional de la Paz y la Confianza, el Día Internacional de la Neutralidad y el 30º aniversario de la neutralidad permanente de Turkmenistán, celebrado en ese país, el pasado 12 de diciembre, el enviado especial del presidente reconoció la contribución positiva de Turkmenistán a las relaciones internacionales pacíficas y reiteró su apoyo y respeto al estatus de neutralidad permanente de la nación anfitriona, destacando el papel de esta política en el fortalecimiento de la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible.
Subrayó la coincidencia de posiciones de Cuba con Turkmenistán en foros multilaterales, basada en la adhesión a los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, como la soberanía, la igualdad soberana, la integridad territorial y la no intervención en los asuntos internos de los Estados. Ambos países reafirmaron su compromiso con la solución pacífica de las controversias internacionales. Se destacaron las iniciativas paralelas de ambas naciones para establecer zonas de paz: la Zona de Paz, Confianza y Cooperación de Asia Central, promovida por Turkmenistán, y la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, iniciativa de Cuba.
Durante la intervención hizo un llamado urgente a la construcción de un orden internacional más justo, democrático y equitativo. Citando al líder histórico Fidel Castro Ruz, abogó por una paz basada en el respeto, los derechos, la independencia y la seguridad para todos los pueblos, lo que exige respetar la diversidad de sistemas políticos, económicos, sociales y culturales. Criticó enérgicamente el aumento continuo del gasto militar global, incluida la modernización de arsenales nucleares, en contraste con las necesidades urgentes de la humanidad. Propuso que esos recursos se destinen a la erradicación del hambre, la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo y las consecuencias del cambio climático, así como a superar las secuelas del colonialismo y del injusto orden económico internacional. Enfatizó la necesidad de fortalecer la cooperación internacional, especialmente la cooperación Norte-Sur, para reducir la brecha entre países desarrollados y en desarrollo.
El embajador denunció la guerra económica, el bloqueo comercial y financiero, y las medidas de desestabilización política aplicadas por el gobierno de los Estados Unidos durante más de seis décadas, exigiendo el cese de esta política hostil e inhumana. Reiteró su profunda convicción en el multilateralismo como el único camino viable para lograr un mundo justo, sostenible y en paz. Se comprometió, en nombre de Cuba, a seguir promoviendo una convivencia internacional basada en la solidaridad, la cooperación y la solución pacífica de controversias, abogando por un orden mundial libre de bloqueos y medidas coercitivas unilaterales.



