Durante una conferencia de Prensa ofrecida este miércoles en la sede de la Unión de Periodistas de Bulgaria, la Embajadora cubana, Caridad Yamira Cueto Milián, denunció las nuevas medidas agresivas adoptadas por Estados Unidos contra Cuba.
El evento fue organizado por la Unión de Periodistas de Bulgaria, conjuntamente con la Unión de Periodistas Hispanohablantes de Bulgaria y la Asociación de Amistad Bulgaria-Cuba, y contó con la asistencia de representantes de varios medios de prensa escrita, de medios televisivos y de Agencias noticiosas búlgaras. Estuvieron presentes, asimismo, los Embajadores de Venezuela y de Palestina, una amplia representación de sectores de amistad y solidaridad con Cuba en Bulgaria, incluida la Directiva de la Asociación de Amistad Bulgaria-Cuba, así como Cubanos residentes en este país.
La diplomática cubana informó sobre las recientes decisiones de la Administración Trump, dirigidas a recrudecer los efectos extraterritoriales del bloqueo económico, comercial y financiero de los EE.UU. contra Cuba, y alertó, en particular, acerca del carácter extremadamente agresivo y hostil del anuncio de Washington de activar el Título III de la ley Helms-Burton; una ley que persigue hacer más férreo el bloqueo contra Cuba, y que tiene un marcado carácter extraterritorial y violatorio del Derecho Internacional y de la soberanía de los Estados.
Con la activación de la ley Helms-Burton, explicó la Embajadora, los EE.UU. se proponen entorpecer las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con terceros países y afectar la capacidad de la Isla de atraer inversión directa de capital extranjero para su desarrollo. A ese propósito se dedican expresamente los Títulos III y IV de esta ley. Agregó que el Título III, que establece la autorización a nacionales estadounidenses a presentar ante tribunales de los Estados Unidos demandas contra todo extranjero que “trafique” con propiedades estadounidenses que fueron nacionalizadas en Cuba en la década de 1960, en un proceso legítimo, como reconoció la Corte Suprema de los Estados Unidos, llevado a cabo por el gobierno cubano con pleno apego a la ley nacional y al Derecho Internacional. Entre las aberraciones más significativas, dicho título extiende esta autorización a propietarios que no eran ciudadanos de los Estados Unidos al momento de producirse las nacionalizaciones y cuyas supuestas propiedades nadie ha certificado.
Durante su intervención, la diplomática cubana también denunció las medidas anunciadas recientemente por el Gobierno norteamericano, que tienen como objetivo entorpecer y limitar los viajes de ciudadanos cubanos a ese país, mediante la imposición de restricciones injustificables al período de validez de los visados de entrada a territorio norteamericano.
La diplomática cubana ratificó el firme rechazo de Cuba a todas estas medidas, que pretenden reforzar el bloqueo yanqui contra Cuba, obstaculizar el proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre La Habana y Washington e impedir la convivencia civilizada entre los pueblos cubano y norteamericano.
También denunció la escalada agresiva de los Estados Unidos y sus aliados contra el pueblo bolivariano y su presidente legítimo, Nicolás Maduro, y la genocida guerra no convencional y de expoliación orquestada desde Washington contra Venezuela.