Ginebra, 4 de diciembre de 2025 — Cuba participó en la Conferencia Especial celebrada para conmemorar, por primera vez, el Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales.
El evento, organizado por el Grupo de Países Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, contó con la participación de numerosas delegaciones y representantes de la sociedad civil.
Al intervenir en la Conferencia, la Relatora Especial de las Naciones Unidas, Alena Douhan, refirió como ejemplo del negativo impacto de las medidas coercitivas unilaterales (MCU) lo ocurrido con la recuperación de Cuba tras los embates del huracán Melissa.
Explicó que, a pesar de los intensos esfuerzos y gestiones realizadas por los organismos de Naciones Unidas y las autoridades nacionales, Cuba solo recibió el 30% de la ayuda humanitaria que llegó a otros países de la región afectados por el evento meteorológico.
En representación de la Isla, el Embajador Rodolfo Benítez Verson enfatizó que las MCU son ilegales en toda circunstancia, y, por tanto, inaceptables. Constituyen una violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional; son incompatibles con el legítimo derecho de los pueblos a la paz y al desarrollo y violan los más elementales derechos humanos.
Igualmente, destacó que nada justifica la imposición de tales medidas, por lo que deben ser eliminadas, de inmediato y sin condiciones.
El diplomático denunció en ese contexto el criminal bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, que causa pérdidas económicas al país superiores a los 7 mil 500 millones de dólares y cuyas consecuencias sufren todas las familias cubanas.
Agradeció el contundente apoyo de los Estados a la resolución que demanda el cese del bloqueo contra Cuba, adoptada el pasado 29 de octubre por la Asamblea General de la ONU, a pesar de las presiones estadounidenses.
Benítez Verson también expresó el firme rechazo de Cuba a las amenazas de agresión militar de los Estados Unidos contra Venezuela, para derrocar por la fuerza a su legítimo gobierno.
Calificó la actual escalada militar como una gravísima amenaza al Derecho Internacional, con consecuencias incalculables e impredecibles para la paz y seguridad en nuestra región.
Enfatizó que permanecer en silencio ante el preludio de un ataque militar ilegítimo e ilegal, sentaría un precedente sumamente grave, y llamó a todas las naciones a denunciar esta irracional y peligrosa arremetida contra Venezuela.