Exigen en Trinidad y Tobago la eliminación de las Armas Atómicas.

Puerto España, 26 de septiembre de 2017. Las Embajadas de Cuba y de Venezuela, conjuntamente con representantes del movimiento de solidaridad con América Latina y el Caribe, celebran el Día Internacional para la eliminación total de las Armas Nucleares, y recuerdan el peligro que enfrenta la humanidad ante la existencia de estas armas destructoras.

En el mundo de hoy en que los gastos militares ascienden a 1,7 millones de dólares se hace cada vez más urgente el justo reclamo de la humanidad de que se logre el desarme total.

La Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la II Cumbre de la de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), celebrada en La Habana, en 2014, consagra el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional y una cultura de paz en este empeño. Su reafirmación por parte de los Jefes de Estado de la región durante la V Cumbre, a inicios de este año, en República Dominicana, nos compromete a continuar promoviendo el desarme nuclear general, completo y no discriminatorio como objetivo prioritario.

De igual manera, el Movimiento de Países No Alineados, cuya máxima prioridad en la esfera del desarme ha sido históricamente el objetivo de un mundo libre de armas nucleares, lo ratificó en su XVII Cumbre celebrada en Isla Margarita, Venezuela.

Las armas nucleares son las únicas armas de destrucción en masa que aún no han sido objeto de una prohibición expresa mediante un tratado internacional. Ello resulta paradójico e inaceptable, si se tiene en cuenta que son el medio de guerra más peligroso, destructivo, y de más efectos indiscriminados.

El empleo de armas nucleares no puede ser justificado bajo ningún concepto o doctrina de seguridad.  Por sus catastróficas consecuencias humanitarias, el empleo de las armas nucleares implicaría la violación flagrante de normas internacionales, incluidas las relacionadas con la prevención del genocidio y la protección al medio ambiente. Es un crimen de guerra y de lesa humanidad. No es posible limitar los devastadores efectos de esas armas, que se prolongan por décadas.

El amplio respaldo y prioridad que la comunidad internacional ha dado al Desarme, no puede ser desconocido.

Luchemos todos por alcanzar la paz y la seguridad en un mundo sin armas nucleares, porque un mundo mejor es posible.

 

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