Fue una Cumbre para la acción práctica

La Declaración Final se aprobó tal y como se publicó, pero como resultado de los debates se decidió incorporar al texto un nuevo párrafo con una mención de solidaridad hacia Marruecos y Libia, que han sufrido lamentables pérdidas de vidas humanas y materiales a consecuencia de los desastres naturales

«La Cumbre de La Habana ha sido un gran éxito» así lo afirmó Rodolfo Benítez Verson, director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, al  informar a la prensa acreditada sobre los pormenores de la reunión del G77 y China que sesionó en el Palacio de Convenciones en la capital cubana.

A la cita asistieron más de 1 300 participantes de 116 países y de 12 organizaciones, agencias y programas del Sistema de Naciones Unidas. «La Habana dio la bienvenida a representantes de alto nivel de los 33 países de América Latina y el Caribe, 46 de África, 34 de Asia y tres de otras áreas geográficas. Se acreditaron un total de 31 jefes de Estado y Gobierno, 12 vicepresidentes, una gran cantidad de ministros de diferentes carteras y muchos otros altos dignatarios», precisó el funcionario de la Cancillería.

La Declaración Final se aprobó tal y como se publicó, pero como resultado de los debates se decidió incorporar al texto un nuevo párrafo con una mención de solidaridad hacia Marruecos y Libia, que han sufrido lamentables pérdidas de vidas humanas y materiales a consecuencia de los desastres naturales. También se adoptó una declaración separada aprobada por aclamación que acoge con beneplácito la voluntad expresada por el gobierno de México de reanudar su participación en las actividades del G77 y  China.

Ha sido una cumbre austera, sin lujos, sin derroches de ningún tipo, se ha organizado con los recursos mínimos necesarios, por supuesto, debido a las serias limitaciones financieras y materiales a consecuencia del recrudecimiento del bloqueo a niveles sin precedentes. Sin embargo, hubo consenso en rechazar las sanciones y las medidas coercitivas.

Los participantes expresaron una preocupación generalizada por los efectos de la crisis multidimensional global, el aumento de la pobreza, y de los hambrientos, el alza de los precios por la galopante inflación internacional, y la ocurrencia de desastres climáticos cada vez más frecuentes. Los oradores dejaron muy claro que no se van a quedar de brazos cruzados ante la gravedad de la realidad.

«Esta reunión no ha sido una cumbre diplomática ni protocolar, más bien ha sido una cita para la acción práctica», afirmó Benítez Verson, al reconocer que el cónclave sirve de plataforma para impulsar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En el debate se manifestó la necesidad de una reforma urgente y profunda de la arquitectura financiera internacional, que permita a las naciones del Sur un acceso equitativo a los recursos financieros que necesitan para alcanzar los ODS.

«Estuvimos, estamos y estaremos del lado correcto de la historia, nuestra membrecía y presidencia del G77 confirman que las aspiraciones y reclamos son comunes y que el destino y futuro están estrechamente ligados al reclamo de cambiar el actual orden económico internacional para construir nuestros propios modelos de desarrollo en armonía con la naturaleza y para el bienestar de todos», indicó el funcionario y dijo que el próximo evento será en Kampala, Uganda, que tomará la presidencia rotatoria.

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