GRACIAS A CUBA. ARTÍCULO DE RENWICK ROSE

“GRACIAS A CUBA”

ARTICULO DE RENWICK ROSE

PUBLICADO EN SEARCHLIGHT    2/1/2018

La primera columna que puedo escribir cada año trae una elección difícil de temas. ¿Debería ser una revisión del año pasado? ¿O debería profundizar en el intento de pronosticar desarrollos en el Año Nuevo o centrarme en los problemas críticos y desafíos que tenemos ante nosotros? ¿Qué pasa con los problemas actuales, a nivel local, regional e internacional?

Sin embargo, frente a todos estos asuntos, igualmente digno de comentario, perdóneme, para aquellos que no están de acuerdo, si vuelvo a ver lo que ha sido el evento más impactante en nuestro hemisferio en el último siglo, el triunfo de la Revolución cubana a comienzos de enero de 1959. Esté uno a favor o en contra de esa trascendental transformación, lo que no se puede negar es cómo   la Revolución Cubana ha impactado en nuestro hemisferio y en las relaciones globales desde entonces. Desafortunadamente, ha habido un enfoque sesgado de la Revolución Cubana, tanto del lado de aquellos que se oponen vehementemente como de los que románticamente están enamorados de esa Revolución.

Los oponentes, hasta hoy, solo ven el "comunismo", la supuesta negación de derechos y libertades y la "escasez de elecciones en artículos de consumo, junto con la dominación estatal y el" militarismo "como la esencia de la Revolución Cubana.

Por el contrario, están las imágenes "románticas" de Fidel Castro, fumador de puros, armado con rifles y su compañero, Ernesto 'Che' Guevara, del que se enamoró mi generación: esa fue la ' Revolución'.

 Se hace tan fácil entender la atracción de Maurice Bishop por los jóvenes de nuestro Caribe. Pero el valor de la Revolución Cubana, tanto para su propio pueblo como para aquellos que vivimos en el Caribe y el resto del mundo, fue mucho más allá de las imágenes románticas. Los beneficios fueron menos obvios, pero mucho más duraderos y transformadores.

En los años sesenta, se tenía  la sensación de que los jóvenes solo tenían que "levantarse", tomar las armas y "liberar a la el pueblo" de los gobiernos corruptos que fueron puestos en marcha por aquellos que explotaron nuestros recursos y nuestra gente.

Mientras tanto, se impartieron muchas lecciones amargas, incluida la pérdida del icónico "Che".

Lo que el romanticismo o la rabiosa propaganda anticubana no pudieron comprender fue el impacto eterno de la Revolución, no en términos de fatigas militares o barbas, sino en lo que respecta a las cosas que definen la calidad de vida de los pobres y oprimidos. Los derechos y libertades altamente promocionados en el Occidente sin duda tienen su valor y lugar, pero ¿qué ocurre con el derecho a la educación, al acceso a una atención de salud decente, prioridades de la Revolución Cubana que todavía son sueños incluso en los países desarrollados? Incluso para quienes ven las acciones militares como indicativas de su contribución, existe la innegable contribución de la Revolución cubana y el enorme sacrificio de su pueblo, en la liberación de gran parte del sur de África del colonialismo europeo y el apartheid, y la corona de todas las joyas, la liberación de Nelson Mandela y los patriotas antiapartheid de la prisión y el fin del odioso sistema del apartheid.

Hay más, mucho más en esa contribución colosal de un pueblo limitado por la hostilidad y el aislamiento instigado por los Estados Unidos. El cruel embargo, sobre un pueblo que nunca ha librado una guerra contra los EE. UU., sigue vigente y muchos de los que hoy nos beneficiamos hemos sido cómplices de él.

Cuba ha hecho la mayor contribución al desarrollo del capital humano de los países de África, Asia, América Latina y el Caribe que en toda la historia de los enfrentamientos entre estos países y sus señores coloniales y los sucesores norteamericanos del siglo XX.

Nosotros, en San Vicente y las Granadinas, tenemos todos los motivos para estar agradecidos con la Revolución Cubana. Una parte importante de nuestro capital intelectual se ha capacitado en Cuba, a bajo costo o sin costo para los contribuyentes de este país. Nos han pagado enormemente sus contribuciones, a nivel nacional, regional e internacional. Tampoco estamos solos. Muchos otros países del Caribe, desde las Bahamas, Haití y Jamaica, hasta la cadena de Guyana y Surinam, pueden presumir de experiencias tan positivas.

Esto no significa que todo está bien en Cuba, o que ese país es un paraíso, pero en el nivel de desarrollo, saque sus propias conclusiones. Tenemos mucho para agradecer al gobierno y al pueblo de Cuba. En el 59 aniversario de su Revolución, me enorgullece decir: GRACIAS. l.

 

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