El injustificado discurso del presidente Trump pone fin a los avances alcanzados en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Avances que expresaban la dignidad inalienable con la que la Revolución Cubana asumió siempre las relaciones con todos los Estados, y constituyen un claro reconocimiento del fracaso de la política de agresiones de Estados Unidos en contra del pueblo y gobierno de Cuba.
Ni el criminal bloqueo, ni las agresiones utilizando espurios medios de comunicación, ni los innumerables atentados en contra del máximo líder de la Revolución Continental, el Comandante en Jefe Fidel Castro, tuvieron éxito nunca. La pretensión de doblegar a la Revolución Cubana por medio de la agresión armada fracasó en Girón, como uno a uno fueron fracasando todas las agresiones en todos los campos posibles.
Por el contrario, la Revolución Cubana se fortaleció y legitimó frente al mundo, incluso ante quienes siempre estuvieron alineados a las deleznables acciones del imperio, la enorme mayoría terminó aceptando que detrás de una Revolución tan fuerte, sólo puede haber un pueblo unificado e identificado con su proceso revolucionario, que no está dispuesto a dar un paso atrás. Cuba y su Revolución terminaron siendo decisivos en los avances del proceso de integración latinoamericano y caribeño que se expresan en la derrota del ALCA, en la CELAC, en la integración desde los pueblos que es el ALBA y otros instrumentos internacionales.
Los avances en la distensión de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos responden a una racionalidad política evidente. Eso hace más absurda actitud del presidente Trump. Lo único que puede explicarlo es su interés de satisfacer los intereses del pequeño y ultra reaccionario exilio cubano de Miami que, cada vez más aislado del resto de grupos de cubanos que han emigrado a Estados Unidos, mantiene posiciones intransigentes en contra de la normalización de relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países.
Causar daño al pueblo cubano pareciera ser el interés fundamental de estos grupúsculos de trasnochados, los que inútilmente han soñado con el fracaso de la Revolución Cubana. Sorprende que, después de tantas agresiones y fallidos intentos por hacer fracasar el proyecto revolucionario, no acepten una realidad que es aceptada en todo el mundo, incluyendo Naciones Unidas, que la Revolución Cubana, a pesar del brutal e ilegal bloqueo ha alcanzado niveles de desarrollo humano incluso por encima de países desarrollados.
Sabemos que a este pequeño grupo del exilio lo mueve el odio provocado por la extrema ideologización anticomunista; lo que sorprende es que el presidente Trump busque satisfacerles políticamente, incluso afectando los intereses de diversos sectores productivos estadounidenses, que están sumamente interesados en establecer sólidos intercambios comerciales y de inversión con el gobierno de Cuba.
El agresivo discurso del presidente Trump no tiene asidero interno ni externo; lamentablemente sigue dando muestras de incoherencia en materia de política internacional, lo que lo está llevando al aislamiento en el mundo y al juicio político en su país.
¡Nuestra incondicional solidaridad con el pueblo y gobierno de CUBA!
¡Hasta la Victoria Siembre!
COMISIÓN POLÍTICA DE CONVERGENCIA
Guatemala 15 de junio de 2017