Señor Presidente:
La promoción del diálogo, la cooperación y el respeto mutuo, continúan siendo la única vía posible para la genuina promoción y protección de todos los derechos humanos.
Cuba reafirma su compromiso con la Declaración y Programa de Acción de Viena.
Más de un cuarto de siglo después de su adopción, persiste la xenofobia, el racismo estructural e institucional, la discriminación e intolerancia, particularmente en los países desarrollados. Se ha ignorado también el llamado de la Declaración a abstenerse de adoptar medidas unilaterales contrarias al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Señor Presidente:
Ratificamos la universalidad, indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos. No debe pretenderse imponer patrones de supuesta democracia que irrespetan el derecho a la libre determinación de los pueblos, también consagrado en la Declaración y Programa de Acción.
Cuba reafirma la importancia de garantizar la objetividad y no selectividad en el examen de las cuestiones de derechos humanos. Las prácticas que promueven el sesgo ideológico, los dobles raseros, la manipulación, la politización, la selectividad y la imposición de mecanismos punitivos; se profundizan en este Consejo y son incompatibles con los documentos acordados en Viena.
Señor Presidente:
La pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia las profundas desigualdades estructurales y los nocivos efectos del orden internacional impuesto al mundo. La imposición de recetas neoliberales ha aumentado la concentración de la riqueza de los poderosos; mientras desprotegen a los más vulnerables.
El multilateralismo, la cooperación internacional y el diálogo no pueden ser letra muerta; deben asumirse como vías imprescindibles para superar los crecientes desafíos de la humanidad.
Muchas gracias.