Señor Presidente,
Los derechos humanos están gravemente amenazados por una coyuntura extremadamente crítica, en la que el injusto orden económico internacional, la antidemocrática arquitectura financiera y la imposición de medidas coercitivas unilaterales perpetúan las desigualdades, la pobreza y el hambre, y establecen múltiples desafíos adicionales a los países en desarrollo.
Mientras sostenemos este debate, la población palestina en la Franja de Gaza continúa sufriendo los ataques desproporcionados y genocidas de Israel, que ya han cobrado la vida de más de 30 mil personas y generado 1.7 millones de desplazados. En pleno siglo XXI, estas devastadoras estadísticas ofenden a la condición humana.
El pueblo palestino tiene derecho a la vida, a la paz y al desarrollo, y a construir su propio Estado independiente en ejercicio del derecho a la libre determinación, con las fronteras anteriores a 1967 y Jerusalén Oriental como capital.
Señor Presidente,
Abordar los desafiantes retos actuales en materia de derechos humanos debería traducirse en el fortalecimiento de la cooperación internacional, el respeto por el cumplimiento de las normas de derecho internacional, el diálogo constructivo y el entendimiento mutuo.
Basta de promover enfoques y mandatos punitivos, politizados y selectivos, que no solo arrojan conclusiones y recomendaciones inviables, ilegítimas y poco creíbles, sino que generan gastos millonarios a la Organización, los cuales pudieran redireccionarse a mandatos de utilidad real.
Señor Presidente,
Desde hace más de 60 años, Cuba sufre un ilegal e inhumano bloqueo por el gobierno de los Estados Unidos, dirigido de forma quirúrgica a afectar los sectores más sensibles de la vida del país.
El bloqueo es la antítesis de este tema de la Agenda, debido a que constituye una flagrante violación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del pueblo cubano, incluido el derecho al desarrollo.
A pesar del impacto negativo del bloqueo, no nos detenemos en el empeño de desarrollarnos con nuestros propios esfuerzos y de alcanzar toda la justicia social posible. Esto quedó demostrado durante nuestra presentación al cuarto ciclo del EPU en noviembre pasado.
El compromiso de Cuba con la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos es claro e invariable.
Muchas gracias.