INTERVENCIÓN DE LA DELEGACIÓN CUBANA EN COMENTARIOS GENERALES SOBRE EL PROYECTO DE RESOLUCIÓN L.6 “CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LA CORRUPCIÓN EN EL DISFRUTE DE LOS DERECHOS HUMANOS”.

Señor Presidente:

Agradecemos a las delegaciones de Brasil, Etiopía, Indonesia, Austria, Argentina, Ecuador, Polonia y Reino Unido por la presentación del proyecto de resolución L.6. 

Coincidimos en que la corrupción socava la institucionalidad, la justicia, y pone en peligro el desarrollo sostenible y el Estado de Derecho. 

No es posible aspirar a construir mejores sociedades ni mejores países, si no se adoptan medidas efectivas contra la corrupción. 

Para ello, se requiere una amplia cooperación internacional, liderada a nivel político y técnico por los órganos y mecanismos multilaterales con sede en Viena.

Se necesita también un renovado compromiso con los objetivos, principios y propósitos de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción y su Mecanismo de Examen, en particular, su carácter intergubernamental, no punitivo, basado en la cooperación e intercambio de experiencias y buenas prácticas. 

Ese es el instrumento jurídico y el marco pertinente para analizar las cuestiones relativas a la corrupción en todos sus aspectos a nivel internacional.

En línea con este proyecto de resolución, Cuba defiende el diseño e implementación de políticas y herramientas con un enfoque preventivo, basado en la educación, el control y las rendiciones de cuentas para mantener transparencia, orden y legalidad. 

Destacamos que, en dichos procesos, la sociedad civil cubana, incluidas las instituciones académicas, las organizaciones estudiantiles y las asociaciones especializadas, realizan una contribución fundamental para velar por el cumplimiento de la legalidad. 

Señor Presidente: 

Rechazamos los intentos de asociar la corrupción a gobiernos que no se subordinan a los intereses de dominación de las grandes potencias, mientras se ocultan escándalos en corporaciones transnacionales que responden a los países occidentales.  

La politización de este tema y su instrumentalización con fines selectivos solo debilita la genuina cooperación internacional.

La mejor manera de abordar las consecuencias negativas de la corrupción en los derechos humanos es mediante la asistencia técnica y el fortalecimiento de capacidades, en un marco de respeto mutuo y solidaridad. 

Cuba reitera su absoluta disposición de trabajar junto a todos los países para combatir la corrupción y mitigar sus efectos.

En tal sentido, Cuba apoya la adopción por consenso del proyecto de resolución L.6. 

Muchas gracias.

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