Intervención de la Embajadora de Cuba en la UNESCO, Yahima Esquivel Moynelo, Debate en el CIB, CIBG, COMEST-UNESCO “Consideraciones éticas de la Crisis de la 19, según una perspectiva global”.

Señora Directora General,

Señora Directora General Adjunta para ciencias sociales de la UNESCO

Presidentes de los órganos de ética y bioética de la Organización.

Permítame celebrar la realización del debate sobre las “Consideraciones éticas de la Crisis de 19, según una perspectiva global”, que tiene lugar en el día de hoy, en el marco de esta reunión conjunta de los órganos de ética y bioética de la UNESCO.

Desde el inicio de la pandemia, la Organización ha impulsado importantes iniciativas para hacer frente a los retos y desafíos globales derivados de la crisis de la Covid 19, y ha impulsado un debate internacional sobre las consecuencias en todos los ámbitos de su competencia, evidenciando la complejidad de esta crisis multidimensional, sin precedente, que vive la humanidad.

La UNESCO deberá continuar desempeñando un papel de vanguardia en la  reflexión mundial acerca de las dimensiones éticas y bioéticas de esta crisis. La Organización cuenta con herramientas únicas dentro del Sistema de las Naciones Unidas para contribuir a la concientización en este ámbito.

La crisis ha impactado a todos, pero no de la misma manera. Esta profunda crisis sistémica ha agravado los problemas estructurales del subdesarrollo, ya acumulados, y amenaza con perpetuarlos.

Para Cuba el desafío ha sido colosal y ha tenido que enfrentar la pandemia en condiciones muy adversas producto del bloqueo económico, financiero y comercial que el gobierno de los Estados Unidos impone a Cuba; y que constituye el impedimento fundamental para adquirir medicamentos, equipos de salud, materiales y suministros necesarios para al enfrentamiento a la Covid 19.

En este contexto el desafío comunicacional, agravado por los efectos de la crisis, ha tomado niveles inconcebibles, cuando la prioridad debería ser salvar vidas humanas. Se libra una batalla ética desde las redes sociales, en contra de la infodemia, la manipulación y las campañas mediáticas encaminadas a desestabilizar el orden constitucional, tergiversar nuestra realidad y difamar acerca de nuestro modelo de cooperación en el ámbito de la salud.

Las consecuencias de la crisis de la Covid 19 también han agravado la brecha digital existente y ha demostrado la necesidad urgente de redoblar los esfuerzos para garantizar el acceso de todos a las tecnologías digitales. Estas han desempeñado un papel fundamental en la lucha mundial contra la pandemia; sin embargo, no todos los países tenemos acceso a los productos tecnológicos y digitales como consecuencia de la politización en su uso y distribución.

La dimensión ética y bioética del recrudecimiento de estas medidas coercitivas y unilaterales impuestas a Cuba y otros países, durante la pandemia, contradicen el llamado de NNUU y de la UNESCO de anteponer la solidaridad y la cooperación a los conflictos en esta hora definitiva. Estas medidas constituyen un atentado flagrante contra el derecho a la vida y el bienestar. Sobre todo, en este contexto donde la promoción, protección y respeto del derecho a la salud adquieren especial relevancia.

Pese a ello, en Cuba hemos podido enfrentar con resultados positivos la pandemia, aunque lamentamos pérdidas humanas. Con un enorme esfuerzo hemos logrado sostener nuestro sistema de Salud Pública, universal, gratuito y de calidad, que garantiza el derecho a la salud de todos los cubanos y cubanas. Ello ha sido posible gracias a la vocación humanista de nuestro proyecto social y la voluntad y el compromiso del Gobierno cubano en el enfrentamiento de la Pandemia.

Nuestra experiencia en el enfrentamiento a la COVID-19 confirma las grandes oportunidades que ofrece la colaboración sostenida y comprometida entre el sector científico-tecnológico y el Estado, siempre en función de ofrecer una respuesta social, científica, política y sanitaria capaz de enfrentar los desafíos que la pandemia ha planteado.

La formulación y evaluación de las políticas públicas han descansado en el conocimiento y la experticia científica. Un respaldo poderoso a nuestro sistema de salud lo ofrece la industria médico-farmacéutica cubana, robusta, capaz de investigar, producir y poner en manos de la población recursos imprescindibles para la salud humana.

Esto permite a Cuba contar con un nivel razonable de soberanía tecnológica en el sector de la salud. Hoy Cuba cuenta con cuatro candidatos vacunales contra la COVID-19 en diferentes fases de ensayos clínicos, y que nos permitirán inmunizar a la totalidad de la población cubana probablemente antes que culmine el 2021.

Señora Directora General,

Señora Directora General Adjunta para ciencias sociales de la UNESCO

Presidentes de los órganos de ética y bioética de la Organización.

Creemos firmemente que el esfuerzo colectivo debe estar dirigido a promover la solidaridad, derrumbar los muros y brindar ayuda a quienes la necesitan. Una vez más ratificamos nuestro compromiso solidario con otras naciones. Cuba desde el inicio de la pandemia ha puesto a disposición su experiencia en el enfrentamiento a epidemias y ha enviado 56 brigadas médicas del Contingente Internacional “Henry Reeve” a 40 países y territorios.

Compartimos el llamado de la UNESCO acerca de una distribución justa de las vacunas, que promueva la equidad, la solidaridad y la cooperación científica abierta; para hacer frente a esta crisis global y atender a las necesidades de los países en desarrollo y las poblaciones y grupos más vulnerables.

Muchas gracias.

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