Intervención de la Sra. Teresa Amarelle Boue, Miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba y Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas, en el evento paralelo de la Comisión de la Mujer de Naciones Unidas

Intervención de la Sra. Teresa Amarelle Boue, Miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba y Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas, en el evento paralelo “Diálogos sobre las estrategias de los feminismos en los gobiernos progresistas. Experiencias locales sobre la participación de las mujeres y diversidades en el ámbito público”. New York, 18 de marzo de 2021 – 65CSW

Para las cubanas hablar de feminismo, dentro de un proceso revolucionario como el nuestro, consecuente, transformador, que siempre ha tenido en su centro a los seres humanos y dentro de sus prioridades, ha estado precisamente la lucha por los derechos de las mujeres, constituye un reto.

Coincidiendo con estudios sobre este tema, existen varias definiciones de feminismo, hay múltiples variables, se habla de diferentes corrientes, olas, en fin existe una multiplicidad de feminismos.

En tal sentido, en muchas ocasiones aún se da en directivos, personas, cierta resistencia a utilizar el término, porque no se ha interiorizado el alcance de su dimensión, por desconocimiento, o por no estar de acuerdo con algunos de los conceptos que emanan del feminismo. Constituye un desafío, profundizar en su estudio, aun en un proceso como el cubano, que ha tenido en cuenta las demandas y luchas feministas y la importancia de la liberación de las mujeres,  lo que sin lugar a dudas es un hecho.

Cuando se analiza la obra de la Revolución y se cuantifican los logros alcanzados en materia de igualdad, las cubanas somos expresión, símbolo de la justicia social de la Revolución cubana.

Fidel, siempre tuvo una clara visión sobre la importancia de la liberación de las mujeres, por eso creó el pelotón de las Marianas en la Sierra y en su primer discurso en Santiago de Cuba, el mismo 1ro de enero de 1959, expresó la necesidad de eliminar la discriminación de la mujeres  y afirmó que: en un pueblo donde pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, ese pueblo es invencible.

Asimismo, en este espacio, al hablar sobre el tema, es imprescindible recordar a nuestra eterna Presidenta, la compañera Vilma Espín  y cito: “Estoy convencida de que los problemas de la mujer no pueden verse aislados de los otros problemas sociales, no pueden analizarse fuera del contexto económico, ni al margen de determinadas situaciones histórico-sociales. Por tanto tampoco los problemas de la mujer pueden solucionarse solos, descontextualizados.”

De modo que en Cuba, visto el feminismo como meta para la consecución de una igualdad efectiva entre mujeres y hombres, sus prácticas han tenido un efecto visible, de una u otra forma, en los diferentes sectores de la sociedad como, la educación, en el mundo laboral y jurídico, la salud, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos, lo que se materializa en la propia autonomía alcanzada por las cubanas, dígase autonomía económica, en la toma de decisiones y autonomía física, lo que no quiere decir que no haya que continuar trabajando para que las diferencias sexuales, no se traduzcan en desigualdades sociales y se produzcan manifestaciones de discriminación por tales razones.

Por todo lo emprendido desde los primeros años del triunfo revolucionario, para impulsar la incorporación y participación de las cubanas en todas las esferas de la vida social, eliminando prácticas de discriminación por motivos de clase, raza y sexo, podemos afirmar, que la Revolución cubana, por su propia esencia de justicia social, se ha forjado sobre la base de un feminismo socialista, emancipador, revolucionario, en la que no se ha separado la lucha de clases, de la lucha por la igualdad de género. La lucha por los derechos de las mujeres, en Cuba, ha ido de la mano de la lucha contra el imperialismo y sus políticas hegemónicas de dominación.

No se puede hablar del adelanto de las cubanas, sin hablar de la Revolución, de lo que ha significado para su empoderamiento, como tampoco se puede hablar de la Revolución cubana, sino se tiene en cuenta el aporte y la contribución de las mujeres, quienes no han sido sólo beneficiarias, sino también protagonistas activas del proyecto social cubano, sobre el que es importante señalar, que no está concebido para beneficiar particularmente a uno u otro sector de la sociedad, sino a todos los seres humanos por igual.

En Cuba la defensa de los derechos de las mujeres, es voluntad política, muestra de ello, lo constituye la alta representación que tenemos en el Parlamento, donde somos el 53,22%, el segundo país del mundo en alcanzar esta alta representatividad. Además, de que son mayoría en los sectores como la salud, la educación, la judicatura, en la ciencia y en el sector bancario, la tecnología, por citar algunos ejemplos, y algo muy  importante es el nivel de instrucción alcanzado, entre otros indicadores, que no debemos referirnos a todos.

Sobre el tema que nos ocupa, pudiésemos hablar de muchas experiencias, lo realizado en estos tiempos de la pandemia tiene un valor incalculable, las cubanas han estado en primera línea en el enfrentamiento a esta letal enfermedad, han sido protagonistas en el diseño de los protocolos de actuación, en el desarrollo de más de 900 proyectos,  en los que casi el 70% de quienes los lideran son mujeres. También en otros proyectos de investigación e innovación, entre ellos los 5 candidatos vacunales, dos de los cuales ya se encuentran en la  fase 3 del ensayo clínico. Además, se ha continuado trabajando para implementar con éxito el Plan Nacional para el Desarrollo Económico y Social hacia el 2030.

De igual forma, queremos señalar, una vez más, la reciente aprobación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, que actualiza el plan anterior, y constituye la agenda del Estado cubano para la igualdad de género, que se articula con la CEDAW, la plataforma de Acción de Beijing y la Agenda de Desarrollo 2030, profundiza en la legislación y en la actualización del marco normativo, así como en los sistemas de protección contra todas las formas de discriminación y violencia.

Su objetivo principal es promover el avance de las mujeres y la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades, refrendados en la Constitución de la República de Cuba, así como profundizar en los factores objetivos y subjetivos que, como expresiones de discriminación, persisten en la sociedad cubana y obstaculizan un mayor resultado en lo económico, político, social y familiar, con el fin de eliminarlos.

Desde una mirada feminista socialista,  dentro de los principales Retos y Desafíos que podemos identificar en Cuba, pudiéramos señalar:

  • En primer lugar el Bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, sus efectos particularmente en las mujeres y las familias, califican como la principal forma de violencia que tenemos que enfrentar las cubanas y que obstaculiza el desarrollo y la plena realización de los derechos humanos de cubanos y cubanas.
  • Persisten estereotipos de género que obstaculizan un avance más acelerado de la igualdad. La necesidad de seguir  transformando las relaciones de poder de lo femenino y lo masculino, tanto en el ámbito público como en el ámbito privado, incluyendo las tareas del cuidado.
  •  Aún subsisten y se reproducen concepciones y conductas discriminatorias que limitan, en no pocos casos, la participación de las mujeres y su desarrollo personal.
  • Hay todavía insuficiente preparación y conocimiento sobre temas de género, y feminismo en personas que se desempeñan en cargos directivos, en puestos formadores incluso, y en general, a nivel social.
  • También la necesidad de seguir sensibilizando y  concientizando que los problemas de género, la lucha contra el patriarcado  y el logro de una plena cultura de igualdad es una batalla en la que debemos participar todas y todos.    

Muchísimas gracias. 

 

 

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