Querida Embajadora de Venezuela en el Ecuador, cra. Carol Delgado, Embajadores de Bolivia, Nicaragua, El Salvador, de la República Árabe Saharaui Democrática, hermanos venezolanos aquí presentes, ecuatorianos y latinoamericanos presentes en este acto, estudiantes, profesores de la Universidad Central del Ecuador, amigos todos de la causa noble y justa de Venezuela:
El pasado 5 de marzo, conmemoramos el quinto aniversario de la partida física del Presidente Hugo Chávez Frías, fundador junto a Fidel del ALBA, padre y principal impulsor de la Revolución bolivariana, líder latinoamericano de nuestros tiempos. Sean mis primeras palabras para rendirle homenaje, a nombre de nuestro pueblo que le ama y le admira profundamente, al igual que a su entrañable tierra, Venezuela. Permítanme reafirmar nuestro homenaje a su obra y a su ejemplo y la invariable lealtad del pueblo cubano a su legado.
Justamente la iniciativa latinoamericana que él fundó junto a Fidel, el ALBA tiene como tarea estratégica, principal e impostergable, hoy día la defensa mancomunada de la República Bolivariana de Venezuela. La amenaza militar, la hostilidad y la guerra económica abierta y despiadada del imperialismo estadounidense contra Venezuela es un hecho cotidiano; la acometida neoliberal para revertir las conquistas sociales; la injerencia contra la soberanía de gobiernos progresistas, los intentos de desmontar los progresos en la integración de la América Latina y el Caribe, desestabilizan la región y plantean peligros a la paz y seguridad regionales.
Estados Unidos, desde 1999 cuando el Comandante Hugo Chávez llegó a la Presidencia, y aun más cuando lo hizo el compañero Nicolás Maduro, ha recurrido a métodos propios de la guerra no convencional, con el propósito de doblegar a este país, dueño de inmensas riquezas codiciadas por el imperialismo. El presidente Donald Trump acaba de renovar la orden ejecutiva que declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos. Las amenazas contra la paz y la estabilidad en Venezuela representan también una amenaza a la estabilidad y la paz regionales.
Algunos parecen haber olvidado las lecciones del pasado, los crueles años de las dictaduras militares, del impacto del neoliberalismo, que intenta reinstaurar las nefastas consecuencias que tuvieron para nuestra región las políticas de chantaje, humillación y aislamiento que, como entonces, tienen en Estados Unidos a su principal articulador.
Nos anuncian abiertamente la plena vigencia y relevancia de la Doctrina Monroe que proclama la supeditación colonial a los gobiernos y las corporaciones de Washington y que, como advirtiera Bolívar, plagó de dolor y miseria a Nuestra América en nombre de la libertad.
No le reconocemos a la desprestigiada Organización de Estados Americanos, autoridad moral alguna para dar lecciones de democracia, gobernabilidad o constitucionalidad.
Como recientemente dijera el Presidente cubano General de Ejército, Raúl Castro Ruz, el imperialismo yanqui vuelve a subestimar a nuestros pueblos.
Aprovechamos esta tribuna para proclamar el invariable respaldo del pueblo de Cuba a la Revolución Bolivariana y la unión cívico-militar de su pueblo, conducida por su presidente, el compañero Nicolás Maduro Moros. Condenamos las medidas coercitivas unilaterales y la injerencia externa contra el proceso bolivariano que amenazan la paz y el diálogo entre venezolanos, con propósitos desestabilizadores, y generan penurias a su población.
Se acusa a Venezuela de una supuesta ruptura del orden democrático, precisamente en un país que ha desarrollado más de veinte procesos electorales y ha convocado ahora a elecciones presidenciales, tal como se le reclamaba antes, incluso mediante métodos violentos. Es solamente un pretexto para irrumpir en el escenario venezolano, para pretender infructuosamente, derrotar a la Revolución bolivariana.
Cese la agresión económica contra Venezuela para que su pueblo pueda disfrutar los derechos conquistados por su Revolución. La única solución a los problemas de los venezolanos está en manos de los propios venezolanos.
Rechazamos enérgicamente la exclusión de Venezuela y de su presidente Nicolás Maduro de la VIII Cumbre de las Américas. Esta ilegal decisión es inaceptable e injerencista. Esta decisión unilateral no contribuye en lo más mínimo a la paz, al diálogo ni al entendimiento en nuestro continente. Reiteramos que no tienen porvenir nuestros pueblos sin la unidad y la integración. Eso justamente pretende el imperio, dividirnos, desintegrarnos, para vencer a nuestros pueblos, algo que no sucederá jamás.
Una vez más se violan los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, y se evade el estricto cumplimiento de la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.
Bolívar y Martí, Fidel y Chávez nos legaron enseñanzas imprescindibles, entre ellas la lealtad a los principios. Sus lecciones nos muestran el rumbo a seguir en esta hora decisiva de la Patria Grande, que nos reclama unidos para forjar juntos nuestra segunda y definitiva independencia.
Queridos compañeros:
Hablo en nombre de nuestra Revolución y nuestro pueblo, que al igual que Venezuela ha sufrido un feroz bloqueo, una política de agresión criminal permanente. Como cualquier patriota cubano, como nos enseñaron Fidel y Raúl, como nos enseñó Chávez, tenemos la firme convicción de que Venezuela vencerá, y para ello contará siempre con el apoyo de los pueblos de nuestra América.
¡Viva Venezuela!
¡Viva la hermandad indestructible entre nuestros pueblos de América!
¡Vivan eternamente los Comandantes Chávez y Fidel!
¡Patria o Muerte, Venceremos!