INTERVENCIÓN DEL EMBAJADOR RAFAEL DAUSA CÉSPEDES EN EL ACTO CENTRAL EN OCASIÓN DEL 92 ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO Y EL 65 ANIVERSARIO DEL ASALTO A LOS CUARTELES MONCADA Y CARLOS MANUEL DE CÉSPEDES

QUITO, SABADO 25 DE AGOSTO DE 2018

Muy buenas tardes estimados compañeros y compañeras del Movimiento de Solidaridad con Cuba en Ecuador,

Colaboradores de la Brigada Médica Cubana,

Compatriotas cubanos residentes en Ecuador,

Amigos de Cuba y su Revolución,

Miembros de la misión estatal cubana,

Amigos todos:

Muchas gracias por acompañarnos en la conmemoración de dos acontecimientos de enorme trascendencia para la historia de Cuba y yo diría que también para la historia de América Latina y el Caribe: el 92 aniversario del natalicio del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el 65 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hechos que, sin lugar a dudas, impactaron de manera decisiva en el camino hacia el triunfo revolucionario de 1959 y en la transformación revolucionaria que ha vivido nuestro país en los últimos 60 años.

Es difícil hacer una síntesis de la vida, las ideas y las luchas de un hombre, que por décadas influyó y aun influye en nuestras vidas, con su ejemplo y su entrega total a la causa revolucionaria en Cuba y en el mundo. Un hombre que dedicó su vida entera, con una absoluta consagración, a hacer de su querida isla un país libre, independiente y soberano. Apasionado de todo lo que hacía, en especial por lograr el bienestar y la felicidad del pueblo cubano.

El propio Fidel ha reconocido que su contribución a la Revolución Cubana consiste en haber realizado una síntesis de las ideas de Martí y del marxismo-leninismo, y haberlas aplicado consecuentemente en nuestras luchas por la plena independencia.

El 26 de julio de 1953, justo en el año que se cumplía el centenario del natalicio del Apóstol, un grupo de jóvenes cubanos, liderados por Fidel Castro, se propusieron, a riesgo de sus vidas, reescribir la historia de una Cuba que era oprimida por el régimen del dictador Fulgencio Batista, entregado servilmente al Gobierno de los Estados Unidos.

 

La justeza de sus ideas llevó a Fidel y a la Generación del Centenario, a sembrar la semilla de ese cambio histórico que necesitaba el país y permitió concientizar a todo un pueblo sobre la necesidad de luchar para transformar la realidad imperante.

 

Sobre esta gesta, el Comandante Fidel diría años más tarde:“El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias.  No fue la única amarga prueba de la adversidad, pero ya nada pudo contener la lucha victoriosa de nuestro pueblo".

 

 

A pesar de constituir un fracaso militar táctico, de la sangre derramada y de los valiosos compañeros que ofrendaron sus vidas, Cuba celebra cada año la fecha de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, como un hecho glorioso que indudablemente marcó el principio del fin de la opresión imperial en Cuba. Cinco años, cinco meses y cinco días después de la epopeya del Moncada, triunfó la Revolución Cubana.

En su histórico alegato "La Historia me Absolverá" en el propio año 1953, Fidel se autodefine: "Porque soy cubano que desea el bien de todos y no el de un grupo, porque queremos una patria con todos y para el bien de todos, eduqué mi mente en el pensamiento Martiano que predica el amor y no el odio y es el Apóstol el guía de mi vida…" (Fin de la cita)

A José Martí lo consideramos el pensador más universal del siglo XIX cubano, inspirador y autor intelectual de la Revolución Cubana, como lo define el propio Fidel. A Fidel lo consideramos el pensador más universal del siglo XX cubano y lo vemos como el alma de la Revolución Cubana y de su pueblo, como al líder que supo encarnar lo mejor y más representativo de la nacionalidad cubana.

Sus ideas, profundamente humanistas, constituyen una fuente inagotable de conocimientos que son indispensables para el cabal entendimiento de los procesos y fenómenos que se han dado en nuestro continente y en el mundo, en los últimos 70 años y para la formación de ese hombre nuevo que la humanidad tanto necesita.

Fidel puso su vida a disposición de los otros. Ese es uno de los motivos por lo que tanto se le añora y extraña. Supo crear, como pocos líderes en el mundo, una unión espiritual y física con quienes lo acompañaron en las distintas épocas y generaciones de su andar revolucionario.

Fidel supo rescatar el concepto “democracia” que no es otro que “poder del pueblo”, del letargo en el que lo tenían sometido los ideólogos del capitalismo y de la “democracia representativa liberal” aliados de los intereses del imperialismo norteamericano. En otras palabras, Fidel forjó esa verdadera democracia que hoy disfrutamos los cubanos y que constituye un factor imprescindible en el desarrollo de nuestra patria.

Fidel fue un revolucionario que estuvo movido siempre por un gran patriotismo, por un alto sentido del deber que se impuso él mismo como disciplina. Era común ver a Fidel, lo mismo preocupándose por la población en una zona afectada por un huracán que visitando a un deportista enfermo,  intercambiando con estudiantes de medicina, que disertando sobre alguno de los múltiples temas científicos que atraían su atención. Siempre con un ejemplo de humildad incomparable y una confianza total en la victoria de la Revolución frente a cualquier embate imperialista.

Dirigió personalmente la participación de cientos de miles de combatientes cubanos en misiones internacionalistas en Argelia, Siria, Angola, Etiopía, Nicaragua y otros países. Fidel promovió como nadie, a escala mundial, la batalla del Tercer Mundo contra el injusto orden económico internacional vigente, en particular contra la deuda externa, el despilfarro de recursos como consecuencia de los gastos militares, la lucha por la paz y el desarme.

Abrió una lucha frontal contra la globalización neoliberal, y fue un fiel seguidor del pensamiento martiano y bolivariano en pro de los esfuerzos por la unidad y la integración de América Latina y el Caribe.

Encabezó la resistencia espartana del pueblo cubano para enfrentar los efectos del genocida bloqueo económico impuesto a Cuba por los Estados Unidos desde hace ya casi 60 años y las consecuencias del derrumbe de la Unión Soviética y el campo socialista en Europa.

Queridos compañeros y compañeras:

En ese espíritu de continuar profundizando la genuina democracia que nos enseñó Fidel, y en homenaje a su figura y su legado,  los cubanos hemos iniciado, de manera soberana, un importante proceso de análisis y discusión del proyecto de una nueva constitución de la República de Cuba. Este proceso se inició justamente el pasado 13 de agosto, y durará hasta el próximo mes de noviembre. Dicho proceso tendrá en cuenta las opiniones y propuestas de modificación que realice todo nuestro pueblo, incluidos los cubanos residentes en el exterior que deseen aportar a este importante acontecimiento nacional.

 

La Constitución actualmente en vigor fue aprobada en referendo popular en 1976 y aunque posteriormente le fueron introducidas modificaciones parciales por la Asamblea Nacional del Poder Popular en 1992 y 2002, su marco histórico ha sido rebasado por los significativos cambios económicos y sociales operados en la isla, sobre todo en los dos últimos quinquenios, particularmente como consecuencia de la implementación de las resoluciones adoptadas en el VI y VII Congresos y la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba y de otras medidas gubernamentales adoptadas en los últimos años, así como por los dramáticos cambios operados en la situación internacional en los últimos 30 años.

 

La sociedad cubana de hoy, además, es mucho más culta, diversa y compleja que la de hace medio siglo y ello hace necesario un marco constitucional más inclusivo que lo refleje.

 

El PCC y el gobierno cubanos le conceden una gran importancia a la elaboración de lo que será la brújula que guie jurídica y políticamente la normativa legal del país durante las próximas décadas.

 

El nuevo texto constitucional irá a referendo popular el 24 de febrero de 2019 y se promulgará el 19 de abril de ese propio año, coincidiendo con la fecha de la victoria del pueblo cubano contra la intervención imperialista por Playa Girón; harán entonces 58 años de aquella gesta heroica. 

La nueva Carta Magna implicará una ampliación de los derechos del pueblo cubano; transformará la estructura del Estado en función de las nuevas realidades existentes en el país y recogerá las transformaciones económicas, políticas y sociales que han tenido lugar en las últimas décadas en la sociedad cubana.

Hay muchos temas complejos que estarán a debate, amplio y democrático en este nuevo texto constitucional. No obstante lo anterior, una importante idea ha quedado muy clara desde el propio inicio de los debates, y esta es que, el carácter socialista de nuestro gobierno y nuestra Revolución, no sólo se mantendrá sino que, sin dudas, se fortalecerá.

 

Queridos compañeros y compañeras:

 

Hoy recordamos al Fidel pedagogo, al Fidel maestro, que educaba en cada discurso, con un lenguaje didáctico, que repetía las ideas fundamentales, una y otra vez, de una y otra manera, porque su objetivo era llegar al corazón y las mentes de su pueblo, con un pensamiento claro, sencillo, y humano.

 

Hoy recordamos la gigantesca obra de Fidel no solo en el desarrollo del sistema de salud en Cuba, sino también en el desarrollo de una obra internacionalista que sin lugar a dudas es única en el mundo. Fidel comprendió desde un inicio que la salud humana no podía ser una mercancía más. De este modo, desde el propio triunfo de 1959, estatizó el sistema de salud, convirtiéndolo en un sistema de salud pública totalmente gratuito y se dio a la tarea de formar médicos para cubrir  las necesidades de la población cubana y ayudar al mejoramiento de los niveles de salud de otros pueblos. 

 

 Miles de profesionales de la salud cubanos han cumplido misiones internacionalistas en más de 70 países y lo mismo, han ayudado ante catástrofes naturales que han enfrentado graves epidemias como la del Ébola en países de Africa. Cientos de miles de personas alrededor del mundo han sido operados en la Operación Milagro, y se les ha mejorado o devuelto la visión.

 

Para nuestro orgullo, hoy contamos en Ecuador con un importante contingente de esos médicos y tenemos también el privilegio de contar con profesores y técnicos cubanos de otras áreas del conocimiento, en esta noble tierra.

Fidel impulsó igualmente programas integrales de colaboración que permitieron que decenas de miles de jóvenes de varios continentes pudieran estudiar y graduarse en Cuba como profesionales médicos, deportistas, ingenieros. Hoy también están presentes en esta sala, jóvenes ecuatorianos graduados en Cuba.

Compañeras y compañeros:

Aunque Fidel ya no esté físicamente entre nosotros, sus enseñanzas, su grandeza, sus convicciones, siempre nos acompañarán. Como un gran faro, Fidel nos seguirá guiando en este complejo batallar por lograr un mundo mejor y más pleno para todos.

Por eso, hoy tenemos sobradas razones para celebrar, con júbilo revolucionario, un aniversario más de su natalicio, para recordarlo vivo, fuerte, cabalgando junto a su pueblo y a todos los pueblos que en el mundo luchan por un futuro mejor para sus hijos. Conmemoremos con orgullo, la vida, la honra, la lealtad y el decoro de un hombre que, con su sola existencia, hizo temblar a todo un imperio.

¡Que Viva Fidel!,

¡Que vivan eternamente los héroes y mártires del 26 de julio!

¡Que Viva la Revolución Cubana!

¡Que viva la amistad entre los pueblos de  Cuba y Ecuador!

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