QUITO, 17 de mayo de 2025. Intervención realizada en el acto de homenaje a José Martí al conmemorarse los 130 años de su caída en combate, realizado en el monumento ubicado en la intersección de las avenidas América y Mariana de Jesús, por Lenin Reyes Merizalde Presidente de la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba.
José Martí: ejemplo de claridad teórica y consecuencia práctica A las personas se las conoce más por los hechos que por sus palabras, nos dice un adagio popular. A José Julián Martí Pérez se lo conoció tanto por su ilustrada y orientadora palabra, como por su consecuente práctica. Las generaciones actuales somos testigos de acontecimientos que no nos imaginamos que los podríamos ver, aunque luchábamos y seguimos luchando por alcanzarlos. Uno de ellos: el desmoronamiento de la hegemonía mundial del imperialismo estadounidense. Otro: el resurgir del socialismo y las corrientes progresistas del mundo luego del derrumbe de la Unión Soviética y de los Estados socialistas de Europa Oriental. Pero como toda bestia herida -y en este caso, de muerte- su retirada es peligrosa porque se vuelve muy agresiva, destructiva, dañina. Y a esto se debe la política más bravucona y violenta que esgrime su representante actual –Donald Trump– al querer apoderarse de Groenlandia, de Canadá, del Canal de Panamá, del Golfo de México, de Palestina, al querer socavar el inmenso progreso que ha alcanzado China por la senda del socialismo y al seguir vociferando con sus listas negras de países supuestamente patrocinadores del terrorismo, para acentuar la brutalidad de un bloqueo económico, financiero y comercial que lleva ya más de 65 años tendido contra Cuba y que ha pretendido -sin éxito- desde sus inicio acabar con su heroica Revolución, ejemplo ardiente para los pueblos de Nuestra América y del mundo, mediante la asfixia y el sufrimiento del pueblo cubano.
¡Pero Cuba no se rinde!, ¡Cuba no se derrota! ¡La revolución socialista sigue en pie! Y Martí tiene mucho que ver en ello.
En el análisis de estos acontecimientos emergen, como figuras luminosas, los recuerdos de muchos personajes, hombres y mujeres, que con su lucha aportaron, a lo largo del siglo XIX y del XX, a la más noble causa de la humanidad: la libertad y el bienestar de los pueblos. Hoy nos corresponde hablar del apóstol de Cuba, José Martí, el más importante ideólogo, líder y militante de la lucha de independencia de Cuba contra el colonialismo español, porque hoy hemos venido acá, a esta plaza erigida en su honor en Quito, a rendirle homenaje, recordando su figura al cumplirse 130 años de su caída en combate. Desde adolescente Martí abrazó las ideas más avanzadas contra el colonialismo nefasto que seguía impuesto en su país y contra su pueblo, y así mismo tomó partido por unirse a la lucha por la liberación de Cuba. Tenía 15 años cuando escribió su conmovedor poema “Abdala”, que lo publicó en el periódico “La Patria Libre”, fundado por él mismo en esas edades.
En este poema Martí, entre otras cosas importantes concibe una noción de patria que refleja la profundidad y el talante de su pensamiento.
¿Acaso crees Que hay algo más sublime que la patria?
Quién a su patria defender ansía Ni en sangre ni en obstáculos repara…
El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca;
Y tal amor despierta en nuestro pecho
El mundo de recuerdos que nos llama A la vida otra vez, cuando la sangre, Herida brota con angustia el alma;
¡La imagen del amor que nos consuela Y las memorias plácidas que guarda!
Como si fuera una premonición de su existencia misma, aquí ya José Martí, nos habla en verso de la consecuencia que toda su vida practicó y se adelanta a los hechos que finalmente sucedieron, diciendo la felicidad y satisfacción que siente, aunque moribundo tras haber participado en los combates, por el triunfo que frente al enemigo se ha obtenido:
¡Nubia venció! muero feliz: la muerte Poco me importa, pues logré salvarla…
¡Oh, qué dulce es morir, cuando se muere Luchando audaz por defender la patria!
José Martí, el gran líder de aquel proceso que llevó finalmente a la derrota de la monarquía colonialista española, se movió en un medio en el cual muchos consideraban que él debía permanecer en el exterior para asegurar los apoyos y suministros, pero él sentía y sabía que su deber primero era estar en el campo de batalla en Cuba. Por eso, el 25 de marzo de 1895, dos meses antes de su deceso, en una carta a su amigo dominicano Federico Henríquez y Carbajal le dice:
“Donde esté mi deber mayor, adentro o afuera, allí estaré yo.
Acaso me sea dable u obligatorio, según hasta hoy parece, cumplir ambos. (…)
Yo evoqué la guerra: mi responsabilidad comienza con ella, en vez de acabar.”
Y José Martí, el fundador también del Partido Revolucionario Cubano, acudió a la Guerra de Independencia de Cuba, liderada en el terreno de su patria por el General Máximo Gómez, en donde murió en combate, abatido por las balas de una columna del ejército español, el 19 de mayo de 1895 en el sector denominado Dos Ríos, cerca de Palma Soriano. Su caída en combate fue un golpe muy duro para la causa independentista; pero las ideas no mueren y el ejemplo alienta y define a sus seguidores. Vale recordar que José Martí es, tal vez, el único líder revolucionario que se enfrentó, simultáneamente a dos grandes potencias en pugna, en aras de la independencia de su patria. Por un lado, al decadente colonialismo español, en el ocaso de su dominio continental, que mantenía a Cuba como su último reducto en América; y de otro, los Estados Unidos, que se vislumbraba ya como una voraz potencia imperialista.
La manera de entender la muerte y el valor del patriotismo y el sacrificio, que nos dejó Martí, debe servirnos como estímulo para releer y estudiar su obra a la luz de la situación actual, y asumir con optimismo y entereza las enseñanzas presentes en ella. La lucha contra el imperialismo, por la liberación de nuestros pueblos, por la solidaridad internacionalista, es la tarea que nos legó Martí, que continuó Fidel y que nos corresponde a nosotros seguirla asumiendo, hasta la victoria siempre.
Lenin Reyes Merizalde
Presidente de la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba.
Embacuba-Ecuador