Señor Presidente:
Agradecemos a Argelia, Bangladesh, Brasil, China, Egipto, India, Indonesia, Samoa, Senegal, Sudáfrica y Tailandia, por la presentación del proyecto de resolución L.8, que constituye una contribución significativa y oportuna a la promoción del derecho de todas las personas a disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental.
Al abordar con profundidad la dimensión estructural de las desigualdades en el acceso a tecnologías médicas, medicamentos esenciales y servicios de salud, el proyecto de resolución L.8 sintetiza el mensaje de que la salud no puede ser un privilegio ni una mercancía, sino un derecho humano universal.
La iniciativa reconoce explícitamente los desafíos que enfrentan los países en desarrollo para garantizar el derecho a la salud, particularmente, en un contexto global marcado por profundas desigualdades.
Cuba coincide con el énfasis del texto en la necesidad de eliminar las barreras que limitan el acceso a productos médicos esenciales, incluidas las disposiciones restrictivas de propiedad intelectual que priorizan el lucro sobre la vida humana.
Al mismo tiempo, destacamos el reconocimiento del proyecto de resolución a las acciones incompatibles con la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, que violan el derecho a la salud de millones de personas.
Precisamente, Cuba sufre a diario las consecuencias del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos, lo que ocasiona considerables impactos para el acceso a tecnologías de salud, medicamentos y servicios especializados.
Para Cuba, el fortalecimiento de las capacidades productivas locales y la transferencia de tecnología son pilares insustituibles para lograr la soberanía sanitaria. Por ello, saludamos que el proyecto de resolución L.8 destaque la importancia de la producción regional y local, así como de las alianzas para la creación de capacidades.
Seño Presidente:
Cuba reafirma su convicción de que la salud debe ser tratada como un bien público global y no como una mercancía sujeta a intereses económicos y comerciales. Nos satisface que el proyecto de resolución se oriente precisamente hacia ese objetivo.
Por tal motivo, Cuba apoya el proyecto de resolución L.8 y exhorta a los Estados miembros del Consejo a que respalden su adopción.
Muchas gracias.