Señor presidente,
Cuba reafirma su invariable posición de principios en contra de resoluciones selectivas, punitivas e injerencistas, que no cuentan con el consentimiento del Estado concernido y demuestran una clara motivación política. Esta resolución es un ejemplo de los dobles raseros que prevalecen en el abordaje de las cuestiones de derechos humanos.
Este mandato politizado ha demostrado su inoperancia e ineficiencia, y está destinado al fracaso. Aun conscientes de la crisis financiera de liquidez de la Organización, se continúan derrochando montos millonarios en su financiación, recursos que bien podrían utilizarse para apoyar las políticas nacionales de promoción y protección de los derechos humanos.
Los países que insisten en la imposición de mecanismos selectivos contra países en desarrollo, solo contribuyen a socavar la credibilidad y la acción efectiva del Consejo de Derechos Humanos, que cada día parece querer imitar más las desacreditadas prácticas que provocaron el colapso de la defenestrada Comisión de Derechos Humanos.
Señor presidente,
Cuba no retrocederá en el empeño de demostrar que solo mediante la cooperación constructiva, el diálogo respetuoso y el fortalecimiento del Examen Periódico Universal, este Consejo podrá ser efectivo en su propósito de promover, proteger y contribuir a la realización de todos los derechos humanos.
Ratificamos nuestro apoyo a los principios del derecho internacional y la Carta de la ONU, incluidos el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos internos, los cuales se complementan con el derecho irrenunciable de los pueblos a la libre determinación y a elegir un sistema económico, político y social independiente, que responda a las diversas particularidades, retos y prioridades nacionales.
Reiteramos nuestra firme oposición a que se utilice el tema 2 de la Agenda del Consejo para promover acciones políticamente motivadas contra países en desarrollo.
Las naciones del Sur no necesitan más sanciones ni mecanismos injerencistas, sino que requieren con urgencia transferencia de tecnologías, creación de capacidades, trato especial y diferenciado, financiación externa en condiciones ventajosas y que los mismos proponentes de esta resolución, cumplan sus compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo.
Señor presidente,
Por las razones antes expuestas, Cuba no puede apoyar el proyecto de resolución L.26 y, siendo consecuente con su posición de principios, votará en contra.
Muchas gracias.