Señor Presidente:
Agradecemos la presentación y tomamos nota del informe. Reiteramos nuestro apoyo al mandato al Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas.
El pueblo cubano sufrió en carne propia el agobio de las desapariciones forzadas, una de las herramientas más utilizadas por el dictador Fulgencio Batista. Con el triunfo revolucionario en 1959, se desterró para siempre esta nociva práctica, y se colocó en el centro de nuestro sistema político el derecho a la vida y a la integridad de las personas.
El artículo 41 de nuestra Constitución dispone que “las personas no pueden ser sometidas a desaparición forzada, tortura ni tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes”. El ordenamiento penal adopta la definición de Desaparición Forzada que brinda la Convención, y refuerza aún más las garantías.
Señor Presidente:
Como hemos denunciado con anterioridad, el mecanismo de las comunicaciones es utilizado, en ocasiones, para construir alegaciones falsas, cuyos propósitos son ajenos a la defensa de los derechos humanos. Rechazamos el uso de los procedimientos especiales y otros mecanismos del sistema con fines políticos.
Cuba reafirma su voluntad permanente de cooperar con todos los procedimientos especiales, incluido este Grupo de Trabajo, sobre bases objetivas, de respeto mutuo y no discriminatorias.
Muchas gracias.