Señor Presidente:
Cuba reitera su posición de principio en contra de las resoluciones selectivas y politizadas que no cuentan con el consentimiento del Estado concernido y se imponen contra su voluntad. Esto las convierte automáticamente en papeles vacíos e irrelevantes, sin utilidad práctica en el terreno.
Nos sobran los papeles: nos falta diálogo y cooperación.
En el proyecto L.20 Rev.1 se insiste, una vez más, en imponer los mismos mecanismos punitivos que solo han sido eficaces para derrochar millones de dólares, con nula utilidad práctica.
Si realmente existiera la voluntad política de abordar de buena fé los retos nacionales de Irán en materia de derechos humanos, de los que ningún país está exento, se privilegiaría el diálogo respetuoso y la cooperación constructiva, basados en la imparcialidad y la no injerencia. Esa ha demostrado ser la única manera efectiva de promover los derechos humanos.
El proyecto de resolución L.20 rev. 1, en lugar de imponer mandatos lesivos a la soberanía, debería centrarse en facilitar la implementación de las recomendaciones aceptadas por Irán en los diferentes ciclos del Examen Periódico Universal.
Este Consejo no puede seguir malgastando esfuerzos y despilfarrando cuantiosos recursos en promover la confrontación, la hostilidad y el antagonismo.
Esa filosofía errónea e invertida ha demostrado su ineficacia y atenta contra la credibilidad del Consejo, que se parece cada vez más a la tristemente fracasada Comisión de Derechos Humanos. Desafía toda lógica repetir los mismos errores y esperar diferentes resultados.
Este órgano no puede convertirse en instrumento de los que pretenden subvertir el orden interno de naciones soberanas. Rechazamos la manipulación de los derechos humanos con fines geopolíticos.
Si realmente se quiere contribuir a la causa de los derechos humanos en Irán, el proyecto de resolución L.20 rev1 debería comenzar por denunciar las crueles e ilegales medidas coercitivas unilaterales que se imponen contra ese país y afectan los derechos humanos de su pueblo. Sin embargo, el texto hace silencio absoluto e ignora esta relevante cuestión.
Por las razones expuestas, Cuba no puede apoyar el proyecto de resolución L.20 Rev.1, solicita una votación registrada del mismo y votará en contra.
Muchas gracias.