Interviene el Embajador Rodolfo Benítez Verson, Representante Permanente de Cuba, en ejercicio del Derecho de Réplica a la delegación de la República Checa. 60º Consejo de Derechos Humanos.

Señor Presidente:

Una vez más, la República Checa ha pretendido erigirse en tribunal supremo en materia de derechos humanos.

En este debate ha intentado dar lecciones a otros países, incluyendo Cuba, sobre cómo deben comportarse.

Que desvergüenza!

Nadie ha solicitado ni a nadie interesan las inservibles opiniones de la República Checa sobre los derechos humanos en otros países.

No le reconocemos ninguna autoridad moral para enjuiciar a nadie.

Como se atreven los representantes checos a juzgar a otros, cuando son bien conocidas las vergonzosas políticas de discriminación e intolerancia que aplica la República Checa en su territorio contra las minorías, incluidos los romaníes, cuyos niños sufren segregación institucionalizada en las escuelas.

El Comité Europeo de Derechos Sociales ha denunciado, reiteradamente, que la República Checa niega el acceso a la vivienda y a las prestaciones sociales a grupos vulnerables.

En la República Checa proliferan impunemente discursos racistas, discriminatorios y homofóbicos, de intolerancia y odio.

Ello es consistente con el inaceptable tratamiento que se da en ese país a inmigrantes, refugiados, solicitantes de asilo y extranjeros que residen legalmente.

Persiste en la República Checa una brecha salarial del 18% entre hombres y mujeres, lo que perpetúa las inequidades económicas y la desigualdad de género en pleno siglo XXI.

No olvidamos, y el masacrado pueblo palestino tampoco olvidará, que la República Checa fue el país que, en marzo pasado, solicitó en este Consejo el voto, y votó en contra de las tres resoluciones sobre Palestina, intentando ofrecer cobijo e impunidad a las atrocidades de Israel en Gaza y en los demás territorios palestinos ocupados.

Es el mismo país que en este Consejo, prácticamente en solitario, se ha opuesto al derecho del pueblo palestino a la libre determinación; a denunciar y monitorear la ilegalidad de los asentamientos israelíes y a reconocer y hacer frente a la grave situación de derechos humanos en los territorios palestinos ocupados.

Sabemos perfectamente que la delegación checa se asegurará de que se le confirme a Washington, hoy mismo, que han cumplido disciplinadamente las instrucciones de criticar a Cuba dadas por el Departamento de Estado. A nadie engañan.

En lugar de venir a esta sala con la vana pretensión de enjuiciar a otros, los representantes checos deberían atender y solucionar las graves, sistemáticas y crecientes violaciones a los derechos humanos en su propio país.

Muchas gracias.

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