Interviene el Embajador Rodolfo Benítez Verson, Representante Permanente de Cuba, en explicación de voto sobre el proyecto de resolución L.31 Rev.1 titulado “Las implicaciones de la política sobre drogas en materia de derechos humanos”. 60° CDH

Señor Presidente:

Reconocemos a Colombia y las demás delegaciones patrocinadoras del proyecto de resolución L.31 Rev.1 la disposición a escuchar y considerar las posiciones trasladadas por numerosas delegaciones, incluida Cuba, durante el proceso de consultas.

La delegación cubana votó a favor de las enmiendas L.54, L.55, L.56 y L.57, por considerar que las mismas contribuían a introducir mayor balance y mejor contexto a la resolución.

A pesar de ser un proyecto con limitaciones e insuficiencias, que no refleja en toda su extensión las posiciones de Cuba, nuestra delegación no objetará el consenso respecto al proyecto L.31 Rev.1.

Adoptamos esta posición porque, a pesar de las diferencias de enfoque, consideramos que el texto contiene suficientes salvaguardas que cubren nuestras principales preocupaciones y porque compartimos el objetivo de lograr un mundo libre de drogas ilícitas, que son un serio problema para la salud de las personas y una amenaza a lo derechos humanos, la seguridad y el desarrollo económico y social.

El problema mundial de las drogas requiere de un análisis multidimensional, que respete las legislaciones de los Estados, las circunstancias nacionales y los principios de soberanía e integridad territorial.

La aprobación de esta resolución en modo implica reconocer o aceptar la prevalencia de determinados enfoques respecto al problema de las drogas. Cada Estado tiene el derecho soberano de adoptar las políticas y legislaciones en esa materia, en correspondencia con sus circunstancias nacionales.

El el caso de Cuba, consideramos que no se solucionará el problema la flexibilizando los sistemas de control internacional, legalizando las drogas o asumiéndolas como sustancias inofensivas. Es por ello que no apoyamos la generalización de los denominados “nuevos enfoques”.

Esta resolución no puede ser interpretada en detrimento del cumplimiento de las obligaciones internacionales de los Estados en materia de lucha contra los drogas.

Tampoco puede interpretarse para menoscabar o duplicar las funciones y autoridad de otros foros que tienen un papel principal en materia de enfrentamiento a las drogas ilícitas, como es el caso de la Comisión de Estupefacientes, principal órgano de Naciones Unidas para el tratamiento del problema mundial de las drogas.

Cuba no apoyará ninguna acción dirigida a debilitar o socavar el régimen internacional de estupefacientes y los órganos intergubernamentales que los supervisan. Por el contrario, consideramos importante reafirmar el compromiso de los Estados con el marco jurídico internacional para el control de las drogas, del cual las dos Convenciones y el Convenio de Naciones Unidas sobre drogas son y deben continuar siendo, la piedra angular.

Cuba mantendrá una política de tolerancia cero respecto a la producción, consumo y tráfico de drogas. Consideramos que es la manera más efectiva de proteger los derechos humanos de nuestros ciudadanos.

Continuaremos protegiendo la tranquilidad de nuestras calles contra todas las formas de delito.

Muchas gracias

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