Señor Presidente:
Mientras aquí hacemos discursos, 2.2 millones de seres humanos en Gaza están condenados al hambre por las acciones de genocidio, exterminio y limpieza étnica del régimen israelí, que cuenta con los suministros militares y financieros, y la impunidad que le garantiza el gobierno de los Estados Unidos.
Más de 63 mil palestinos han sido asesinados en los últimos dos años, la mayoría mujeres y niños.
Este Consejo tiene el deber de hacer mucho más ante la masacre en curso, sin demora.
Habría que comenzar poniendo fin a la hipocresía, la selectividad y los dobles raseros. Varias naciones desarrolladas cada año acusan aquí a múltiples países de supuestas violaciones de derechos humanos, mientras hacen silencio cómplice o apoyan abiertamente el genocidio del pueblo palestino.
Otros actores asumen también un repudiable papel. Es el caso de UN Watch, grupo de lobby del regimen israelí disfrazado de ONG independiente. A nadie engañan. Sus denodados esfuerzos para justificar a los criminales es una ofensa a los miembros de verdaderas ONG, que arriesgan y pierden su vida en todo el mundo defendiendo la legítima causa de los derechos humanos.
UN Watch ostenta una interminable lista de violaciones sistemáticas de las reglas de procedimiento de este Consejo y de la resolución 1996/31 del ECOSOC.
Reiteradamente acosan y ofenden a titulares de mandatos de procedimientos especiales y a funcionarios de Naciones Unidas; entorpecen el trabajo de las agencias del sistema y propagan su agenda políticamente motivada contra Estados soberanos. La presencia en esta sala de grotescos simuladores como UN Watch, es una verdadera vergüenza.
Concluyo reiterando la firme solidaridad de Cuba con el pueblo palestino, y con su justa causa a favor de la libertad, la independencia y el fin de la ocupación ilegal sionista.
Muchas gracias.