Interviene el Embajador Rodolfo Benítez Verson, sobre el proyecto de resolución L.3 “Promoción y protección de los derechos humanos en Nicaragua”. 58° Consejo de Derechos Humanos.

Señor Presidente:

Cuba rechaza y se opone a los proyectos de resolución de naturaleza injerencista, selectiva, politizada y parcializada que no cuentan con el consentimiento del Estado concernido.

Es una posición de principio porque consideramos que la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional deben ser respetados, sin excepción, en todas las circunstancias.

Siempre defenderemos la independencia, soberanía e integridad territorial de los Estados y la libre determinación de los pueblos. Estas son referencias imprescindibles, particularmente para los países pequeños, contra el hegemonismo, los abusos de poder y las injusticias.

Nicaragua demostró su voluntad política y disposición al diálogo y la cooperación. Envió informes en respuesta a las solicitudes que se le hicieron. Participó de buena fé en la fase inicial del Examen Periódico Universal.

Sin embargo, solo recibieron por respuesta más hostilidad y confrontación. Bajo esas condiciones no es posible avanzar.

Cuba urge a cambiar ese curso de acción basado en el antagonismo. Se deben abrir las puertas al diálogo respetuoso y la cooperación constructiva, con objetividad e imparcialidad, sin injerencia. Una y otra vez se ha demostrado que esa es la única manera efectiva de fortalecer la protección de los derechos humanos en todos los países.

El proyecto de resolución L.3 es un reflejo de las prácticas punitivas y confrontacionales que continúan utilizándose en este Consejo como instrumento de coerción contra determinados Estados, que siempre son del Sur.

Se derrochan todos los años recursos millonarios en mecanismos inoperantes como el impuesto contra Nicaragua, que están condenados al fracaso porque cierran cualquier posibilidad de diálogo y cooperación.

Exigimos respeto a la soberanía de la hermana nación de Nicaragua y el cese inmediato de las arbitrarias e ilegales medidas coercitivas unilaterales que se aplican contra ese país. Es inexplicable, pero no nos sorprende, que el proyecto L.3 haga silencio absoluto sobre el dañino impacto de tales medidas en los derechos humanos del noble pueblo nicaraguense.

Ello es una muestra más de la selectividad y parcialidad que caracterizan a este proyecto de resolución.

Por las razones expuestas, Cuba se opone al proyecto de resolución L.3, solicita una votación registrada del mismo y votará en contra.

Muchas gracias

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