Señor Presidente:
Cuba apoya el proyecto de resolución L.5 porque coincidimos con la importancia de proteger el derecho de las personas a elegir libremente su religión o creencia o a no profesar ninguna.
El proyecto L.5 resulta particularmente pertinente ante las preocupantes y crecientes manifestaciones de discriminación por motivos religiosos, sobre todo en países desarrollados.
Cuba condena de manera enérgica cualquier acto de odio o intolerancia religiosa, incluida la Islamofobia.
El ejercicio de la libertad de opinión y expresión no justifica la violación de otros derechos individuales y colectivos.
Cuba rechaza la manipulación de las libertades religiosas para promover agendas de desestabilización política totalmente ajenas a la práctica religiosa y fraternal, y a la defensa de los derechos humanos. Ningún país tiene el derecho a proclamarse profeta o garante de la libertad religiosa en el mundo.
Con su acostumbrada hipocresía, el gobierno de los Estados Unidos emite una lista unilateral, políticamente motivada, juzgando las libertades religiosas en otros países.
La designación de Cuba en ese listado arbitrario, que nuestro país rechaza y no reconoce, demuestra que el gobierno de los Estados Unidos necesita recurrir a acusaciones deshonestas y calumniosas para justificar las medidas inhumanas de bloqueo económico, que violan los derechos humanos de nuestra población.
Consideramos que esa llamada “Lista Especial de Vigilancia” es incompatible con la resolución que hoy estamos adoptando.
Esperamos que esta resolución contribuya al fortalecimiento de los marcos jurídicos nacionales, y a la actuación más efectiva de las instituciones y autoridades públicas para prevenir la ocurrencia de actos de intolerancia, discriminación o violencia por motivos religiosos.
Continuaremos abogando por la convivencia en paz y armonía de todas las religiones y creencias.
Muchas gracias.