Señor Presidente:
Cuba lamenta que, una vez más, este Consejo dedique su valioso tiempo e importantes recursos financieros y humanos, a un ejercicio injerencista y estéril contra Eritrea, derivado de un mecanismo selectivo, politizado y desbalanceado impuesto desde 2012.
La resolución que mandata este diálogo interactivo no cuenta con consenso ni ha sido aceptada por el país concernido. Cuba se continuará oponiendo a todo mecanismo que vulnere los principios consagrados en la Carta de la ONU, incluyendo el respeto a la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
La única manera efectiva de promover los derechos humanos en todos los países es mediante el diálogo y la cooperación constructiva, basados en la imparcialidad, el respeto mutuo y la no injerencia, sin manipulaciones ni dobles raseros.
Es hora de que este Consejo deje a un lado las obsoletas, ineficaces e injerencistas prácticas punitivas contra países del Sur, como ocurre en el caso de Eritrea, y privilegie en su lugar la cooperación y el diálogo respetuoso.
El primer paso hacia ese nuevo enfoque en el caso de Eritrea, debe ser el cese de las medidas coercitivas unilaterales que se aplican contra ese país, en detrimento de los derechos humanos de su pueblo.
Muchas gracias
