Intervención de Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba en el Debate General del Tema 9 “Racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, seguimiento y aplicación de la Declaración y Programa de Acción de Durban”. 48º período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos. Ginebra, Suiza, 4 de octubre de 2021.
Señora Presidenta:
A 20 años de la adopción de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, los objetivos trazados en esos documentos para la lucha contra todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, no se han alcanzado.
La crisis multidimensional agravada por la pandemia de COVID-19, ha exacerbado las desigualdades estructurales y la exclusión. Se somete al pobre, al afrodescendiente o al migrante a todo tipo de discriminación.
Subsiste el racismo estructural, particularmente en los países capitalistas desarrollados, que intentan desviar la atención sobre su responsabilidad histórica en la persistencia de estos flagelos y su deuda con los pueblos víctimas de la esclavitud. Sus discursos son demagógicos. Les falta compromiso y voluntad política.
Señora Presidenta:
El pueblo de Cuba es uno solo, afrolatino, caribeño, mestizo, con un pasado colonial esclavista. Solo con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 tuvo lugar un proceso de transformaciones radicales que demolió desde la base, un sistema racista y discriminatorio por definición, en virtud del cual la población negra y mulata cubana sufrió durante siglos la discriminación racial estructurada e institucionalizada.
En Cuba, son ajenas a la vida política, social y económica del país la apología del odio, la xenofobia, la intolerancia y las ideas supremacistas sobre bases de origen nacional, religioso o étnico.
La nueva Constitución de la República de Cuba aprobada en 2019, ratificó y fortaleció el reconocimiento y la protección del derecho a la igualdad, así como la prohibición de la discriminación.
Por otra parte, el compromiso de Cuba con la erradicación del racismo ha trascendido las fronteras nacionales. Miles de cubanos apoyaron los movimientos de liberación nacional en África y contra el oprobioso régimen del apartheid. Decenas de miles han aportado su ayuda solidaria, en particular, en el área de la salud.
No descansaremos en el propósito de alcanzar toda la justicia social. Los pueblos del mundo podrán contar siempre con el aporte de Cuba para que los compromisos que asumimos hace 20 años en Durban se hagan realidad.
Muchas gracias.