Interviene Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, en el punto 2b “Presupuesto por programas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2024” del 91 Comité Permanente del ACNUR

Interviene Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba en Ginebra, en el punto 2b “Presupuesto por programas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2024” del 91 Comité Permanente del ACNUR. 

Señora presidenta,

Tomamos nota de la presentación por la Secretaría del presupuesto propuesto para 2025 y de las disminuciones en este contenido, en particular para nuestra región, que verá una disminución de un 2%.

Esto no es alentador, dado el alarmante incremento en las personas que requieren protección internacional actualmente.

Exhortamos a la Oficina del Alto Comisionado a redoblar sus esfuerzos para lograr contribuciones no-asignadas, que le permitan descargar sus funciones y brindar la debida atención a las personas de su interés, según el mandato del ACNUR.

Instamos a la Secretaría a implementar mecanismos que promuevan una mayor transparencia en la asignación de recursos, priorizando que dicha asignación se realice sobre la base de información objetiva y verificable. Además, destacamos la necesidad de aumentar la participación activa de los Estados miembros en las decisiones que afectan la distribución presupuestaria.

De igual manera, se impone una mayor claridad y rendición de cuentas sobre cómo el ACNUR colabora con entidades y organizaciones internacionales, incluyendo el Comité Olímpico Internacional, para asegurar que dichas alianzas y asociaciones beneficien a las personas que verdaderamente necesitan protección internacional.

Señora presidenta,

Es imperativo que el ACNUR garantice una asignación de recursos transparente y adecuada que facilite a las personas refugiadas, en virtud de la definición contenida en la Convención de 1951, el acceso, entre otros, al deporte.

Lamentamos que los Juegos Olímpicos de París hayan sido el escenario para una vergonzosa politización de la figura del refugiado.

En el 90º Comité Permanente, abordamos y denunciamos este asunto. Advertimos, en ese momento, que el ACNUR se convertía en cómplice de la manipulación de la figura del refugiado, del robo de talentos deportivos, de la distorsión de los principios del olimpismo, al tiempo que se corromía el espíritu con el cual fue concebida la iniciativa de crear un equipo olímpico de refugiados.

Nuestro presagio se materializó en julio pasado. Uno de los deportistas incluidos en el Equipo Olímpico de Refugiados realizó declaraciones políticas irrespetuosas y falaces contra su país, su pueblo y el movimiento deportivo que le permitió ser campeón olímpico en Tokio 2020.

Ello confirmó nuestras preocupaciones sobre la verdadera motivación política de la inclusión de atletas de origen cubano en el EOR. Esta situación nos conmina, nuevamente, a instar al ACNUR a descargar su mandato y revisar los procedimientos que implementa, de conjunto con el Comité Olímpico Internacional, para el otorgamiento de becas y la selección del EOR.

Es necesaria también una mayor transparencia sobre el trabajo de la Fundación Olímpica de Refugiados, en la que el Alto Comisionado sirve como vicepresidente.

Concluyo reiterando que la instrumentalización política del estatus de refugiado contraviene el espíritu de la Convención.

Es fundamental que tanto los recursos como los esfuerzos destinados a la protección internacional se enfoquen estrictamente en quienes realmente requieren asistencia, evitando cualquier tipo de exclusión, favoritismo o politización del proceso.

Muchas gracias.

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