Señor Presidente:
La comunidad internacional tiene una deuda con Haití, cuyo pueblo merece nuestro respeto y apoyo. Tenemos la obligación moral de prestar cooperación y asistencia a dicha nación, sin condicionamientos y en pleno respeto a su soberanía.
Haití protagonizó la primera gan revolución social en nuestro hemisferio, abolió la esclavitud y defendió su independencia. Por eso ha sido castigada y victimizada, a través de intervenciones extranjeras y el robo de sus recursos durante casi 200 años.
Reiteramos nuestra solidaridad con la hermana República de Haití ante la compleja crisis que atraviesa. Cuba continuará brindándole su ayuda solidaria, como lo ha hecho de forma permanente desde 1998.
Cualquier ayuda internacional para salir de la situación actual debe basarse en los principios de la asistencia y cooperación internacional y contar con la anuencia y protagonismo del pueblo y el gobierno haitianos.
Señor Presidente:
Agradecemos el espíritu constructivo y la flexibilidad demostrados por los autores de la resolución, que ha permitido eliminar del proyecto elementos que no forman parte del mandato del Consejo de Derechos Humanos ni de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. De esta forma, se ha logrado un texto más equilibrado en función de las necesidades del país concernido.
Señor Presidente:
Por todo lo anterior, y como muestra del compromiso con los mecanismos de derechos humanos que promueven la cooperación y cuentan con el apoyo de los estados concernidos, Cuba se suma al consenso respecto al proyecto de resolución L.17.
Muchas gracias.
