Señor Presidente:
Cuba reconoce los esfuerzos del Alto Comisionado en función de una estrategia de derechos humanos más balanceada, realista, inclusiva y consecuente con las necesidades de los países del Sur. El reconocimiento de la importancia transversal de los derechos económicos, sociales y culturales y del derecho al desarrollo es un paso certero.
Señor Presidente:
Durante su actualización oral, el Alto Comisionado se refirió a las causas de las inequidades y problemas crónicos que enfrenta la humanidad, principalmente, el cambio climático, la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria. A los fenómenos mencionados, debemos añadir el injusto y desigual orden económico internacional, la deformada arquitectura financiera y los irracionales patrones de producción y consumo del capitalismo.
Numerosos informes de FAO y PMA demuestran que en el mundo se producen suficientes alimentos para garantizar la alimentación de la población mundial, pero su despilfarro y desigual distribución condicionan la profunda crisis actual.
A estos elementos se añade la imposición de criminales medidas coercitivas unilaterales, la promoción de guerras de cuarta generación, la desinformación, la subversión con fines políticos y otras inaceptables prácticas que constituyen graves violaciones de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional.
Señor Presidente:
Por más de 60 años, Cuba ha sido víctima del sistema de medidas coercitivas unilaterales más severo y prolongado aplicado contra país alguno. El bloqueo impuesto por EE.UU. constituye el principal freno para nuestro desarrollo y una flagrante violación de los derechos humanos del pueblo cubano. Evidencias acumuladas por años son prueba irrefutable de su finalidad y carácter doloso.
Señor Presidente:
Reiteramos nuestra firme oposición a que se utilice este tema de la Agenda para promover acciones políticamente motivadas contra países del Sur. El avance en la promoción y protección de los derechos humanos está estrictamente ligado a la defensa de un enfoque de respeto, comprensión, diálogo, cooperación y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
Consideramos que la Oficina tiene mucho que hacer en la búsqueda de una metodología de trabajo más balanceada y dirigida a la cooperación, en detrimento de la manipulación política y los dobles raseros.
Reiteramos al Alto Comisionado y su Oficina nuestra invariable voluntad de avanzar en el fortalecimiento de la cooperación sobre la base del respeto mutuo.
Muchas gracias.