Interviene Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba, en la presentación del proyecto de resolución L.3, titulado “Derecho a la alimentación”. 55° período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.

Señor presidente,

La delegación de Cuba tiene el honor de presentar, en nombre de los 67 Estados copatrocinadores, el proyecto de resolución L.3, sobre el “Derecho a la alimentación”.

En primer lugar, deseamos agradecer a todas las delegaciones y organizaciones de la sociedad civil que se involucraron activamente en las consultas informales y en las negociaciones bilaterales para fortalecer el contenido del proyecto y lograr un texto orientado a la acción.

El proyecto de resolución L.3 da continuidad al tratamiento del derecho a la alimentación en el Consejo.

Como elementos novedosos, incluye referencias a las declaraciones de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales. De igual manera, aborda las consecuencias de la malnutrición e incorpora la contribución de los pescadores artesanales y de pequeña escala, y la necesidad de que reciban asistencia técnica y sean beneficiarios de la transferencia de tecnologías y la creación de capacidades.

Señor presidente,

El proyecto de resolución reitera la importancia de fortalecer la cooperación internacional y que se cumplan los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo. Está demostrado que en el mundo se producen suficientes alimentos para todos. Sin embargo, la injusta distribución, el despilfarro y los insostenibles patrones de producción y consumo, condicionan su desigual distribución.

Deseamos enfatizar que la alimentación no debe utilizarse como instrumento de presión política o económica. Los Estados deben abstenerse de adoptar medidas unilaterales que pongan en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición de los países afectados.

Señor presidente,

El arduo trabajo realizado durante varias semanas, nos ha permite presentar un proyecto de resolución actualizado, balanceado, inclusivo y orientado a acciones prácticas.

Este proceso demuestra la importancia del diálogo constructivo, la cooperación y la buena fe. Cuba siempre estará abierta al debate y a la consideración de diferentes puntos de vista, sobre la base del respeto y el entendimiento de las necesidades de los países en desarrollo, que tienen entre sus principales retos erradicar la pobreza y la inseguridad alimentaria.

Teniendo en cuenta estos elementos, Cuba confía en que el proyecto de resolución L.3 sea adoptado por consenso, lo que sería evidencia de la necesaria unidad que debemos mantener los Estados miembros del Consejo en torno al derecho a la alimentación y a la implementación del ODS 2.

Muchas gracias.

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