Intervención de Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba, en la reunión del Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio de la OMC. Ginebra, Suiza, 20 de julio de 2021.
Señor Presidente:
La Covid-19 ha generado una crisis de graves efectos a nivel mundial. Su incidencia va más allá del ámbito sanitario y abarca todos los sectores. La situación internacional es compleja. El número de casos continúa en ascenso, mientras la injusta y desigual distribución de las vacunas desafía los esfuerzos para poner fin al actual escenario epidemiológico.
En ese contexto, la OMC ha venido discutiendo sobre la necesidad de ampliar la capacidad del sistema de comercio para lidiar con la emergencia de salud pública actual.
En esta coyuntura crucial para la humanidad, resulta esencial encontrar fórmulas para brindar soluciones integrales a todas las aristas del problema de la vacunación masiva en los países en desarrollo. Es crucial, por ejemplo, eliminar las restricciones actuales a la exportación de vacunas, de insumos médicos y otros componentes imprescindibles para la producción de vacunas que, en muchos casos, solo los producen compañías radicados en grandes países desarrollados. Ello incluye la necesidad de eliminar, de manera inmediata, las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra países en desarrollo, las cuales dificultan el acceso y la distribución de las vacunas.
Es una verdad irrefutable que la abrumadora mayoría de los países en desarrollo no posee ninguna capacidad de producción de vacunas, y que, aun si les facilitaran las patentes, carecen de los recursos tecnológicos, financieros y humanos para crearlas. Por tanto, se requieren compromisos firmes y claros de los países desarrollados para la creación de capacidades, financiamiento y transferencia de tecnología a los países en desarrollo.
No menos importante es lo relativo a las redes de instalaciones de salud distribuidas en los territorios, con capacidades de almacenamiento y transporte, y el suficiente personal sanitario para poder emprender campañas de vacunación masivas en el menor tiempo posible, de todo lo cual la mayoría de los países en desarrollo carece; y que por tanto, hay que trabajar para crearlas, fortalecerlas o ampliarlas, según sea el caso.
Señor Presidente:
Nuestras discusiones han demostrado que resta mucho por debatir. Dado el impacto de estos temas, y su eventual alcance en el tiempo, se requiere de mayor análisis y profundidad en los mismos. No puede obviarse ningún aspecto, debemos realizar análisis abarcadores, con el fin de brindar una solución integral al problema del acceso universal, equitativo, no discriminatorio y a precios asequibles de las vacunas, equipamientos y otros insumos para combatir la Covid-19.
Debemos trabajar en aras del consenso, en correspondencia con la práctica de la organización y el carácter vinculante de sus acuerdos.
Señor Presidente:
Reafirmamos la necesidad de trabajar para lograr la pronta inmunización universal contra la Covid-19, así como asegurar una distribución pronta, equitativa, solidaria y a precios asequibles de vacunas, equipamientos y otros insumos para combatir la pandemia.
En ese empeño, Cuba continuará prestando cooperación internacional mediante acuerdos bilaterales, cooperación Sur-Sur, triangular o a través de los organismos internacionales. Nuestras brigadas médicas del Contingente Henry Reeve, apoyarán, como han hecho desde los primeros momentos de la pandemia en decenas de países, cualquier campaña de vacunación y ayudarán en la capacitación del personal sanitario.
Señor Presidente:
El bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba constituye el sistema de medias unilaterales más prolongado y criminal aplicado contra país alguno. Dado su carácter extraterritorial, el bloqueo impacta también a ciudadanos de muchos otros países, incluyendo a los propios estadounidenses.
En los últimos años las carencias económicas de nuestro país se han agravado sensiblemente por la intensificación deliberada del bloqueo contra Cuba, reforzado con 243 medidas durante la administración del ex presidente Trump, las cuales el presidente Biden mantiene intactas.
El Gobierno de los Estados Unidos identificó el impacto del virus y la pandemia de Covid-19 como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas, y aplicar medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país. Ha sido un intento deliberado, cruel, oportunista, de aprovechar las condiciones de una pandemia para intentar estrangular nuestra economía.
En Cuba no hubo un estallido social el domingo 11 de julio; hubo disturbios, desórdenes en una escala muy limitada, y causados por una operación comunicacional que se prepara desde hace tiempo desde el exterior del país.
Denuncio que el gobierno de los Estados Unidos está implicado directamente y tiene grave responsabilidad en los incidentes que ocurrieron ese día.
Su objetivo era alentar disturbios e inestabilidad en el país, aprovechando las difíciles condiciones provocadas por la pandemia, el bloqueo recrudecido y las 243 medidas de la administración Trump. Llamaron al estallido social, a la violencia, a la agresión a agentes policiales, al vandalismo y al sabotaje.
Son decenas las fake news contra Cuba, los ejemplos de manipulación y desinformación, de todo lo cual existen pruebas contundentes.
Denuncio una vez más el bloqueo, la agresión y el terror contra Cuba.
Muchas gracias.